La ex directora desplazada del área de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), Cynthia Pok, y el delegado gremial del INDEK, Raúl Llaneza coincidieron que el robo de dos computadoras del séptimo piso del organismo no fue azaroso y apuntan a los responsables de la intervención iniciada en 2007 bajo el ala de Guillermo Moreno.
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"La sensación es que es más de lo mismo. La situación de crisis interna y hostigamiento interno sigue cayendo en un sector, que es un sector que sostiene la denuncia sobre manipulación de información y hostigamiento a los trabajadores", remarcó Pok en diálogo telefónico con ámbito.com.
Para el sindicalista Llaneza, el insólito ataque en las oficinas donde se elabora los índices de pobreza e indigencia responde a una interna. "Es una situación jodida con gente del equipo técnico histórico de la EPH con un sector que cuando en 2007 tuvo que hacer el cálculo de la pobreza con datos truchos se negó a hacerlo".
Las sospechas del representante de ATE apuntan a los seguidores del secretario de Comercio Interior dentro del Instituto, pero teme que detrás haya un plan para involucrar a trabajadores que repudian el manoseo estadístico. "Estos tipos son muy torpes. Venían de un fin de semana de fiesta popular, donde creo que de cara a la sociedad se reivindicaron de una manera, y a los dos días hacen una cagada (sic) como esta. Nuestro miedo es que quieran intentar manchar la responsabilidad de algún compañero del sector, que quieran ensuciar la cancha a los compañeros que se vienen rehusándose a calcular la pobreza y la indigencia en base al IPC trucho, manipulado o por lo menos dudoso", explicó Llaneza a ámbito.com.
La economista desalojada de la EPH no cree en el móvil que indica que fue un simple robo. "No parece una selección al azar: una computadora era de la jefa de muestreo y otra de la coordinación de relevamientos, entonces, incluía por su puesto, información de todo tipo incluyendo información confidencial para el gran público".
Después de 12 horas de ocurrido el salvaje desmantelamiento de las dos PC, la dirección del INDEK a cargo de Edwin y de Norberto Itzcovich se limitó a emitir un comunicado donde informó que se iniciaron sumarios internos para "esclarecer los hechos y deslindar responsabilidades".
Pok sostuvo que los atacantes actuaron con "total impunidad". "Son oficinas que están bajo llave y estaba absolutamente violentadas las computadoras, abiertas, tiradas en el piso y vamos a decir que no era una destrucción simple de que rompieron lo primero que encontraron, sino que se metieron hasta el fondo de la oficina y sacaron determinadas computadoras", afirmó.
En diálogo con este medio, Llaneza describió el panorama que se encontraron los trabajadores cuando llegaron al séptimo piso. "Había dos CPU destartaladas en el piso y con signos de haber intentado copiar o extraer los discos rígidos. Lo que si sacaron fue una plaqueta".
En ambos relatos se unen la misma sospecha. El accionar del personal policial que intervino en el peritaje policial. "En el fin de semana que nosotros no estuvimos presentes estuvo la unidad de rastros buscando huellas dactilares. Suponemos que se había aislado el sector para que nadie toque nada", disparó Pok. "Si no encontraron rastros, el inspector de la comisaría 2° es el responsable, porque el fin de semana, por más que las oficinas estén con fajas judiciales eso es tierra de nadie", concluyó Llaneza.
La causa recayó en el juzgado federal de turno de ese día: el N° 1 de María Romilda Servini de Cubria.
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Una computadora era utilizada por la jefa de muestreo de la Encuesta Permanente de Hogares, que mide la pobreza y la indigencia.
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La otra computadora era del responsable de la Coordinación de Relevamientos de datos de la EPH.
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Según denunció Cynthia Pok, en las máquinas había información confidencial para el público.
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La policía se demoró más de 10 horas en llegar a la oficina para tomar las muestras de huellas dactilares.
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Para Raúl Llaneza, los delincuentes intentaron copiar o extraer los discos rígidos.
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