19 de diciembre 2025 - 11:41

Falló la ingeniería oficialista: pérdidas en el Congreso y una interna política que sigue sin resolverse

La pérdida de artículos clave del Presupuesto 2026 expuso fallas en la estrategia parlamentaria y profundizó tensiones entre los operadores del oficialismo.

El Gobierno no logró aprobar articulos clave del Presupuesto 2026, y repiensa su estrategia.

El Gobierno no logró aprobar articulos clave del Presupuesto 2026, y repiensa su estrategia.

La Libertad Avanza

La ingeniería parlamentaria del Gobierno sufrió un revés significativo esta semana. Después de meses de negociaciones para asegurar apoyos, la Cámara de Diputados rechazó artículos centrales del proyecto de Presupuesto 2026 y dejó en evidencia una fragilidad política que excede a la aritmética legislativa. La secuencia se completó con la decisión oficial de postergar el tratamiento de la reforma laboral hasta febrero por falta de votos. La foto final: el engranaje de la rosca se trabó.

En Balcarce 50 insisten en que los tropiezos no alteran el objetivo final de sancionar el Presupuesto antes de fin de año. Sin embargo, puertas adentro reconocen que la coordinación del diálogo con los gobernadores volvió a tensarse. Lo que se expuso en el Congreso fue una disfuncionalidad que arrastra tiempo: la multiplicidad de vocerías y terminales de negociación dentro del oficialismo.

La salida de Guillermo Francos y la llegada de Manuel Adorni a la Jefatura de Gabinete encendieron expectativas sobre un ordenamiento político. Lo mismo ocurrió con el desembarco de Diego Santilli al frente del ministerio del Interior en reemplazo de Lisandro Catalán. La apuesta era clarificar roles, imprimir disciplina y unificar la estrategia hacia las provincias, además de saldar deudas políticas.

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Otros tiempos: Karina Milei al frente de una mesa de negociación junto a Javier Milei, Eduardo

Otros tiempos: Karina Milei al frente de una mesa de negociación junto a Javier Milei, Eduardo "Lule" Menem, Cristian Ritondo, Diego Santilli y Sebastián Pareja.

Ese reacomodamiento, sin embargo, no resolvió el problema de origen. Junto a los ministros conviven actores de peso que también intervienen en las conversaciones: Santiago Caputo y Eduardo “Lule” Menem mantienen influencia directa sobre gobernadores y legisladores, y su presencia reconfigura cada mesa de negociación.

La sesión del Presupuesto fue un ejemplo elocuente. En despachos oficialistas admitieron diferencias respecto a qué concesiones aceptar para garantizar el acompañamiento en el recinto. Las discrepancias retrasaron definiciones y tomaron por sorpresa a legisladores aliados que esperaban señales claras horas antes de la votación.

El Gobierno afina estrategia en el Congreso mientras ordena su interna

El resultado dejó pases de factura. Algunos funcionarios responsabilizan a gobernadores por no cumplir compromisos previos y otros señalan fallas en la estrategia legislativa. También hay recriminaciones a quienes intentaron personalizar el vínculo con provincias, profundizando rivalidades internas.

La mesa política del jueves en Casa Rosada fue convocada de urgencia después del traspié en Diputados. Participaron el presidente Javier Milei; Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia; el jefe de Gabinete, Manuel Adorni; la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich; el ministro del Interior, Diego Santilli; el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem; el asesor presidencial Santiago Caputo, y el secretario de Asuntos Estratégicos, Ignacio “Nacho” Devitt. La misión fue revisar los números reales de cara al tratamiento del Presupuesto y redefinir la estrategia para recuperar apoyos. Hubo un repaso minucioso de los artículos que quedaron en el aire y se discutieron alternativas para negociar con los gobernadores que se mostraron reticentes a acompañar el texto. Fuentes oficiales admitieron que la falta de coordinación previa fue un factor determinante en el revés legislativo y que el mensaje del binomio Milei fue claro: hay que alinear la estrategia antes de volver al recinto.

KARINA MILEI DIEGO SANTILLI Y MANUEL ADORNI SENADO
El ministro de Interior, Diego Santilli; la secretaria de Presidencia, Karina Milei, y el jefe de Gabinete, Manuel Adorni.

El ministro de Interior, Diego Santilli; la secretaria de Presidencia, Karina Milei, y el jefe de Gabinete, Manuel Adorni.

En ese contexto, la presencia de Devitt en la reunión llamó la atención entre legisladores y aliados. Se lo menciona como pieza clave del nuevo esquema de rosca parlamentaria, con vínculos fluidos en el Congreso y capacidad para tender puentes con los gobernadores. Su participación refuerza la idea de que el Ejecutivo busca ordenar la interlocución política y consolidar un negociador con peso propio para encarar la recta final del Presupuesto y la postergada reforma laboral.

Mientras tanto, Karina Milei y Santiago Caputo consolidan espacios de poder diferenciados en organismos clave. La hermana del Presidente avanzó en el Banco Nación (ubicó a Darío Wasserman al frente del organismo) y el estratega político quedó al frente del manejo de recursos vinculados a la obra pública y se anotó la designación de Andrés Vázquez al frente de ARCA. Ese reparto de poder se mantiene desde la tregua que comenzó luego de las elecciones de medio término, y resta ver si ordena un esquema que sigue superpuesto.

En paralelo, el Ejecutivo activó un plan alternativo para que el Presupuesto 2026 quede sancionado antes del receso. La postergación de la reforma laboral marca otro retroceso. El oficialismo confiaba en alcanzar los votos necesarios, pero la resistencia de sectores sindicales y el recelo de algunos gobernadores forzaron a recalcular. La prioridad pasó a ser garantizar que el Presupuesto salga para luego insistir con la flexibilización del mercado de trabajo.

Técnicamente, el Gobierno aún conserva margen. La oposición dialoguista no bloqueó la discusión y dejó abierta la puerta a renegociar capítulos específicos. Sin embargo, la experiencia reciente muestra que sin un comando político unificado los acuerdos pueden deshilacharse a último momento.

La tensión interna convive con una presión externa creciente. Los gobernadores demandan certidumbres fiscales y exigen un esquema de distribución de recursos más predecible. La negociación se vuelve asimétrica: cada concesión a una provincia genera inquietud en las otras y retroalimenta el desgaste del Gobierno dentro de su propia coalición.

En el oficialismo reconocen que esta semana dejó lecciones. Sin votos firmes ni arquitectura política clara, las reformas estructurales pierden impulso. El desafío será reconstruir confianza con aliados parlamentarios y corregir los cortocircuitos internos para evitar nuevos tropiezos en el Congreso.

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