Mientras el Senado dará inicio formal al debate del proyecto de ley para la nueva conformación del Consejo de la Magistratura, esta semana el organismo elegirá a una mujer para el estamento de abogados/as y el de jueces/as, respectivamente.
Jimena Monsalve: "Las interferencias políticas en la designación de jueces es lamentable"
El Consejo de la Magistratura, esta semana el organismo elegirá a una mujer para el estamento de abogados/as y el de jueces/as, respectivamente.
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Se trató de una campaña con el particular apuro que imprimió el fallo de la Corte Suprema, que puso plazo hasta el 16 de abril para la entrada en vigencia de la nueva conformación.
Para la selección de una magistrada se presentaron en total tres listas. La más crítica al oficialismo es la Bordó, encabezada por Agustina Díaz Cordero; la Celeste, de mayor sintonía con el Gobierno, a cargo de Verónica Dobarro y la lista Compromiso Judicial, liderada por Jimena Monsalve. La elección será este jueves y todo parece que indicar que habría un resultado ajustado.
Antes del inicio de la veda, Monsalve dialogó con Ámbito. Abogó por la despolitización del Consejo de la Magistratura; pidió debatir a fondo si la Corte debe presidir o no el organismo; criticó en duros términos la demora en la cobertura de vacantes en los juzgados de todo el país y afirmó que el presupuesto del Poder Judicial debería ser administrado y ejecutado sin injerencia de los otros poderes del Estado.
Monsalve es especialista en Derecho Penal, de carrera judicial, se desempeño más de veinte años en la cámara de Casación de Comodoro Py y es actualmente jueza del Juzgado Nacional de Ejecución Penal N°5 de la Capital Federal. Se dedica, además, a temas de justicia y género y a programas de asistencia terapéutica para personas que cometen delitos relacionados con drogas.
Periodista: Fue una campaña atípica, contrarreloj por el fallo de la Corte. ¿Cómo afectó este escenario a la elección? ¿Cree que se va a llegar a cumplir con la exigencia del Máximo Tribunal?
J.M.: Si. Fue una campaña y es una elección atípica. Porque es la primera vez que hay una elección exclusivamente con candidatas mujeres, con lo cual ha sido un paso adelante en cuanto al reconocimiento de la paridad de género. Y eso es para destacar. El tiempo para cumplir con los plazos que exigió la Corte fue exiguo, por lo que todos los estamentos han tenido que hacer denodados esfuerzos para poder completar los pasos y los requerimientos. Fue un gran esfuerzo. Pero por suerte en el caso d ellos jueces y las juezas ese tiempo se va a cumplir y hubo un compromiso de acatamiento al fallo.
P.: ¿Pero no cree que ese plazo exiguo puede complicar el funcionamiento del Consejo en los próximos meses si el resto de los estamentos no llegan a cumplirlo o si no se logra una nueva ley?
J.M.: En relación a la exigencia total vemos una dificultad específicamente en relación a la cobertura de los legisladores. Ahí no hay un acuerdo en tanto al sistema de minorías y habrá que ver si el estamento cumple. Creo que debe primar la garantía que se va a mantener la institucionalidad. Con lo cual creo que los estamentos que han designado sus representantes han procurado que su representatividad en el órgano esté ocupada. Y el que no logre sus consensos, bueno, dejará su silla vacía. Yo no creo que la solución sea que el Consejo deje de funcionar. Y no creo que institucionalmente se apoye esa medida. La Corte puso un plazo, pero también creo que la Corte es consciente de que esa consecuencia puede ser muy grave para todo el funcionamiento del Poder Judicial. Con lo cual, creo y estoy firmemente convencida de que va a primar el sentido común y la defensa de la institucionalidad, ante todo.
P.: La candidata Díaz Cordero habló de un Consejo “mayormente judicial”, de un consejo que sea aliado del Poder Judicial. ¿No debería ser al revés? ¿Es decir, un Consejo que sea imparcial y evalúe el desempeño de la Justicia con una mirada equilibrada?
J.M.: Yo creo que hay que ceñirse al mandato constitucional. Y el Consejo de la Magistratura dentro del mandato constitucional no deja de ser un órgano del Poder Judicial. ¿Hay un problema de equilibrio en cuanto a la integración? Sí, lo hay. Ya lo dijo la Corte. Nosotros consideramos que la despolitización, o sea, quitar todas las cuestiones que tengan que ver con la política partidaria, es lo que va a solucionar el problema más grave que tiene el Consejo, que es su politización. Esto no quiere decir que sólo tenga que tener representantes judiciales, sino que sabemos que por ser un Poder independiente del Estado tiene que tener un valor dentro de las reglamentaciones internas la opinión de la representación de los estamentos de los jueces y juezas, porque somos los que conocemos la tarea diaria, los que conocemos debilidades y fortalezas del Poder Judicial. Por eso tiene que haber un Consejo con un equilibrio diferente y en el que cuestiones políticas que son ajenas al Poder Judicial no impacten de modo tal que no se logren los consensos, que es lo que está pasando ahora. Se obstaculiza la selección de magistrados, ofrece protección disciplinaria a otros magistrados, esto no tiene que suceder. Tenemos que pensar que hay representatividad de otros representantes del Estado en otros momentos del mecanismo de selección, como por ejemplo el Senado cuando interpela a las personas seleccionadas por el Poder Ejecutivo.
P.: ¿El presupuesto del Poder Judicial debe ser ejecutado en forma autónoma?
J.M.: Si. Lo que me parece que es inédito -y es un tema que hay que hablarlo en profundidad- es que en la ejecución de un presupuesto de un poder del Estado participe otro poder del Estado. El Poder Judicial no participa de la ejecución presupuestaria del Legislativo ni del ejecutivo. Hay que ver cómo hacer para que la Comisión de Administración no se convierta en un espacio de ayuda o beneficio a ciertos amigos y de ignorancia a otros. Como siempre, todo termina en el tema de la politización. Cuanto más politizada esté la Justicia, más dificultades vamos a tener para funcionar democráticamente
P.: ¿A su criterio, la Corte Suprema debe presidir el Consejo, como estableció el fallo?
J.M.: Es una discusión que tampoco debe politizarse. Hay muchos modelos de Consejos que funcionan y hay que observar. Hay que analizarlo y dar un debate académico al respecto para poder diseñar un modelo adecuado para la justicia que queremos. Creo que puede haber muchos modelos buenos posibles.
P.: ¿Cómo se salda el ya histórico déficit en materia de cobertura de vacantes en el Poder Judicial?
J.M.: Hay que ajustar el sistema de selección. Todos los que pasamos por ahí hemos padecido los tiempos de selección. Esos tiempos deben acortarse. Y el sistema actual de subrogancias debe cambiar. Una sola persona no puede hacer el trabajo de dos o de tres. La subrogancia no debe ser la primera opción. Hay que mejorar el sistema de concursos.
P.: Según su mirada, ¿hay discrecionalidad en el proceso de selección de jueces y juezas?
J.M.: Los criterios tienen que ser completamente objetivos. Las interferencias políticas juegan un papel, lamentablemente. Y esto no es saludable para los concursantes. Y llegar a los consensos es muy difícil. Con este escenario de politización no es sencillo llegar a un consenso basado en el mérito.
P.: El Poder judicial es el único que aún no cumplió en su totalidad con la Ley Micaela. ¿En caso de ser electa, qué propone hacer desde el Consejo para implementarla?
J.M.: Creo que el Poder Judicial sí ha cumplido con la Ley Micaela. Por mi parte, el juzgado que tengo a cargo está sensibilizado en Ley Micaela en forma completa. Creo que hay profundizar la ley en cuanto al análisis en los casos prácticos.
Tenemos mucha litigiosidad relacionada con la violencia de género y necesitamos programas que sirvan para mejorar la gestión de los casos. También tenemos que erradicar la violencia dentro de un poder patriarcal como es el Judicial, respecto del tratamiento de las víctimas.
P.: ¿Cuál es su mirada general respecto de la perspectiva de género en el servicio de justicia?
J.M.: Tenemos que tener representada la diversidad en todo su espectro dentro del Poder Judicial. Sobre todo porque nosotros estamos atendiendo conflictos sociales. Y hoy los conflictos sociales están atravesados horizontalmente por las problemáticas de género. Por ejemplo, la violencia económica, o la violencia psicológica. Y el trabajo de cambio tiene que ser en conjunto, jueces y juezas, juntos. No podemos darle la espalda a esta problemática.
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