3 de septiembre 2001 - 00:00

"La política no gasta tanto"

Fue un plenario radical crítico hacia la gestión del gobierno y particularmente hacia el ministro de Economía. En una sola frase, Raúl Alfonsín definió la postura de la UCR, en el cierre del plenario de delegados al comité nacional realizado el viernes. El ex presidente disparó simultáneamente sobre la reforma política que impulsa en el Congreso el ministro del Interior, Ramón Mestre, con la intención de bajar el costo político, y sobre quien se ha convertido en cómodo blanco de todas las críticas radicales: Domingo Cavallo. «Si sumamos los gastos del Congreso, de las legislatura provinciales, más los concejos deliberantes de todo el país y todos sus empleados, da 1.500 millones de pesos»; y agregó que no suman «los 130 mil millones de dólares en que nos ha endeudado el señor Domingo Cavallo».

Alfonsín trató posteriormente de moderar su postura, alegando con cara de inocencia haber sido sólo un «moderador» del crítico encuentro, donde sólo el delegado por San Juan, Mario Capello, defendió la gestión de Fernando de la Rúa, al que los alfonsinistas presentes volvieron a calificar de « aburrido» en su mensaje, mientras el Presidente era acompañado por los ministros radicales Horacio Jaunarena, Mestre y, más tarde, Andrés Delich.

Fue el gobernador del Chaco, Angel Rozas -aspirante a suceder a Alfonsín al frente del comité nacional-, quien pareció más cáustico: dijo que el gobierno debe «replantear su ubicación ideológica», porque no puede « tener un mensaje para ganar elecciones y otro para gobernar». Como Alfonsín, también Rozas tiró sobre Cavallo, al asegurar que su propuesta para producir « un shock de déficit cero» desatará « una ola de ingobernabilidad» en las provincias argentinas.

Quizá por esto es que Alfonsín salió a aclarar que De la Rúa representa al «centro» del radicalismo, en tanto que él se ubicó en la reclamante «ala de centroizquierda».

Sintonizando en la misma frecuencia, la Juventud Radical criticó duramente la gestión de De la Rúa al estimar en su propio documento que encabeza un gobierno «flaco y obstinado en la repetición de programas propios del menemismo». Con reflejos intactos, Alfonsín salió en su respaldo y afirmó que la dirigencia del partido está «orgullosa de ustedes, y sabemos que no van a aflojar».

Advertencia

De la Rúa, en cambio, le advirtió a su partido, que « hay que tener cuidado con la utilización de las palabras» a la hora de hacer propuestas en materia económica. El Presidente aludió así a la propuesta de renegociar los vencimientos y los tipos de interés de la deuda pública, que aconsejó la UCR en momentos en que la oposición peronista también impulsa una medida similar. « Trabajamos para bajar los costos de la deuda y como presidente debo ser cuidadoso de las palabras que uso: recibo los aportes de todos los partidos, pero lo que quiero descartar en este momento es cualquier riesgo de devaluación o default (cese de pagos)», subrayó. No obstante, les recordó que «nosotros hemos hecho algunos elementos de reprogramación» de la deuda, comentó respecto de los millonarios créditos multinacionales del blindaje financiero concedidos al país en diciembre pasado y el megacanje de bonos públicos de mediados de mayo último.

Antes de
Alfonsín, los discursos más duros fueron los de Leopoldo Moreau y Rozas, aunque el de contenido más crítico hacia funcionarios del gobierno fue el que formuló Raúl Alconada Sempé, uno de los asesores del titular de la UCR. Este, que efectuó su exposición luego de la visita de De la Rúa, fue, según los delegados, el que más movilizó con su discurso a los militantes. Y también el único que criticó con nombre y apellido a la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich.

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