27 de noviembre 2020 - 00:00

Alberto-Cristina, encuentro en Rosada para despedir a Diego

El Presidente y la vice estuvieron acompañados por Santiago Cafiero y Axel Kicillof, entre otros. Alberto colocó una camiseta de Argentinos Juniors sobre el féretro. Llamados de Pedro Sánchez, Macron, Lula y Pepe Mujica.

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Alberto Fernández y Cristina de Kirchner se reencontraron ayer en Casa Rosada en la despedida a Diego Armando Maradona rodeados por el gabinete nacional, Axel Kicillof y un sinfín de personas que se acercaron al velatorio del astro del fútbol mundial. El Presidente llegó ayer minutos antes de las 11 a la Casa Rosada desde la Residencia de Olivos y se dirigió al hall de entrada en el que se desarrollaba la ceremonia donde, tras saludar a la familia Maradona, se acercó al ataúd y colocó una camiseta de Argentinos Juniors y dos pañuelos blancos, símbolo de la lucha de los organismos de derechos humanos.

A Fernández lo acompañaban el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; y el vocero, Juan Pablo Biondi. Además estuvieron los ministros de Salud, Ginés González García; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; de Turismo, Matías Lammens; de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, de Defensa, Agustín Rossi; de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta; de Ambiente, Juan Cabandié; y el canciller Felipe Solá, quienes saludaron a Claudia Villafañe y a sus hijas Dalma y Gianinna. Entre las presencias políticas también asistieron Gustavo Béliz, secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia; Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos; Victoria Tolosa Paz, presidenta del Consejo Nacional de Políticas Sociales; Andrés Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires; y por la Iglesia Católica lo hizo el cardenal Mario Poli. Cerca del mediodía, llegaron hasta el lugar el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, junto a su pareja y titular de AySA, Malena Galmarini.

Cristina llegó pasado el mediodía e hizo su ingreso por la entrada de explanada de la Avenida Alem y esquina Rivadavia, desde donde saludó a los hinchas reunidos detrás de las rejas de la Casa Rosada. La vicepresidenta descendió de un vehículo oficial acompañada por la senadora mendocina Anabel Fernández Sagasti, referente de La Cámpora y quien será la próxima presidenta del PJ de esa provincia.

En el momento en que llegó a la Casa de Gobierno, Alberto ya se encontraba allí con una reducida comitiva. Cristina fue recibida por el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y de inmediato se dirigió al hall donde se dispuso la capilla ardiente. Acompañada por el Presidente, saludó y conversó con Claudia Villafañe y con las hijas del futbolista. A solas en la capilla ardiente, Cristina colocó un rosario sobre las camisetas que reposaban en el féretro de Maradona y se quedó por unos minutos con sus manos apoyadas sobre el cajón. Las prendas de indumentaria deportiva que fueron tirando los hinchas y que se amontonaron en el piso apenas rozaron los pies de la vicepresidenta cuando abandonó la capilla ardiente, no sin antes dar unas palmadas al féretro.

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Mientras Alberto y Cristina se encontraban en la Rosada, se produjeron incidentes ante el desborde de personas que se acercaban a despedir al ídolo. Minutos antes, en una entrevista radial, el Presidente había reflexionado sobre Maradona, convencido de que “ha trascendido todo”, que “es de todos los argentinos y de todo el mundo”. “Nadie tiene noción de lo que Maradona fue”, dijo al recordar al astro futbolístico fallecido a los 60 años.

Y relató que recibió llamados “de todo el mundo, desde Pedro Sánchez, (Emmanuel) Macron, (Inácio) Lula (Da Silva), Pepe Mujica, solidarizándose con la pérdida de alguien que llenó de felicidad a mucha gente”.

Dijo que en uno de los llamados le preguntaron cuál consideraba que debería ser el epitafio para Maradona y que él le respondió que “la única palabra” que le cabía era “gracias”. “No sé cuántas personas tienen posibilidad de sólo darle felicidad al pueblo, y Maradona sólo nos hizo felices”, completó su reflexión el jefe de Estado.

Resaltó como coincidencia que “Maradona empezó en Argentinos Juniors, que es el equipo de mis amores y terminó su carrera como técnico de Gimnasia, que es el equipo de Cristina”. Antes de ingresar a la Casa Rosada, el mandatario se acercó al vallado que se dispuso por seguridad alrededor del edificio para saludar a la gente que lo llamaba y le pedía que se sacara selfies con ellos.

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