Preocupación del Gobierno por la violencia y confianza en la aprobación de la ley
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Este problema, el Gobierno de Macri aspira morigerarlo con el proyecto de ley de Reforma Laboral, que a la luz del paro de la CGT en rechazo a la reforma previsional, en la Rosada ya dan por hecho que esta iniciativa será tratada en el Parlamento recién en febrero.
La apuesta de Macri para bajar el déficit de manera gradual es a través del crecimiento. En este sentido, en el Gobierno saben que las imágenes de escenas de violencia no ayudan a convencer a los inversores que la "Argentina comenzó una etapa de cambio".
De hecho la pregunta recurrente que en el exterior le suelen hacer a los funcionarios cuando viajan es "cuánto va a durar" en referencia a que la Argentina volvió a ser "normal". Es que la inestabilidad política ha caracterizado a la Argentina en los últimos 20 años y esto aún pesa en la memoria de los inversores. Al respecto, la inversión ha crecido alcanzando el 21% en relación al PBI (un buen guarismo) pero estos fondos vienen mayoritariamente de capitales nacionales.
La actitud de Macri frente a estos incidentes es que los hechos de violencia "no impidan el funcionar de las instituciones", como comentó una fuente del entorno presidencial.
Así se explica que la agenda de actividades se mantuvo inalterable y el jefe de Estado permaneció en la Casa Rosada monitoreando diversos temas. De todas maneras el Presidente estuvo informado de los acontecimientos en la marcha por el jefe de Gabinete, Marcos Peña y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
También en la Rosada hubo una reunión a la cual asistió el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, Mario Quintana, el ministro de Finanzas, "Toto" Caputo. El motivo de la reunión: "rutina" y "discutir cuestiones del pago electrónico vía celular" fue la escueta respuesta.
En el seno del Gobierno hay bastante fastidio con la actitud tanto de los gobernadores (que conocían bien las características del proyecto previsional) y con la CGT que convocó un paro afectando a los trabajadores que "perderán su presentismo".
En el fondo, en la Casa Rosada están convencidos de que existen algunos sectores de la política que buscan "es desestabilizar al Gobierno" para que así quede demostrado que el "único modelo de país es el que lideraba el kirchnerismo". Este discurso es también funcional para la izquierda y ciertos sectores del peronismo.
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