25 de septiembre 2007 - 00:00

Sabemos lo que hicimos (?). Sabemos lo que falta (?) y sabemos lo que hacemos (?)

Cristina F. de Kirchner
Cristina F. de Kirchner
Cuando regrese de su gira por Nueva York, Cristina de Kirchner ya contará con una agenda de actos propios para su campaña presidencial. Y, en la Argentina. Serán, por ahora y en lo que llama su equipo «una agenda dinámica», media docena de presentaciones, algunas inclusive con el mendocino Julio Cobos, su pareja de fórmula hoy abandonado en la Capital Federal. Durante la ausencia de la primera dama, los armadores de esos escenarios buscan a Rosario como lugar apropiado para una de las citas, con fecha el 2 de octubre próximo.

Hasta ahora la candidata se muestra exclusivamente en actividades oficiales de su esposo, desde que se lanzó, primero con un acto en La Plata y luego en agosto en el Luna Park de la Capital Federal. Por eso el rosarino será el segundo acto de la dupla Fernández-Cobos en lo que va de la temporada electoral.

Antes de partir, Cristina hojeó lo que le espera a su regreso y dio su conformidad para el eslogan (o «lema», como dicen en la Casa de Gobierno) de su proselitismo audiovisual: «Sabemos lo que hicimos. Sabemos lo que falta. Sabemos lo que hacemos», repetirá la publicidad que buscará votos para octubre. Las piezas en principio no contarán con la imagen de la primera dama ni la de su candidato a vice.

  • Reparación

  • Antes de irse, Cristina Kirchner también se vio obligada a una reparación con los postulantes porteños, a quienes plantó en un acto que iba a realizarse en Parque Norte, a modo de presentar la tira electoral que encabeza Daniel Filmus en la categoría senadores y Carlos Tomada en la de diputados nacionales. Les dio un premio consuelo posando para una foto en Olivos, el jueves por la noche, pero además les prometió que a la vuelta podrían retomar la idea de una cena; pero, eso sí, que sirva para recaudar fondos para la campaña (o que se parezca a eso). En especial, le reclama la tropa pejotista escenarios para bombos y marchas, una estética que otra parte de los candidatos porteños del kirchnerismo prefiere eludir (también Cristina).

  • Preferencia

    Otra que quedó sola como Cobos es la senadora Vilma Ibarra, segunda en la boleta de candidatos a diputados nacionales y sin posibilidad de hacer campaña para que la voten. Por el momento. Pero justamente esa candidata no es de las que se inclinan por puestas con exceso de militancia y micros, sino que prefiere otro tipo de actos. Habrá que ver lo que se le ocurre.

    Después de Rosario, la semana que viene, el 11 de octubre está previsto otro acto en Santa Fe. A los dos días se agendó otro en Neuquén, el 16 en Resistencia (Chaco) y el 18 en Córdoba, con refuerzos en la provincia de Buenos Aires. Por el momento ésos son los lugares a los cuales concurrirá Cristina con Cobos y sin plegarse a inauguraciones de Néstor Kirchner, aunque sí acompañará a su segundo, el gobernador mendocino el 12 de octubre.

    Todos esos planes tienen, en la agenda de campaña, un llamado de atención: «A confirmar». Esa inscripción puede referirse a la hora, lugar, día y hasta la realización misma del encuentro, que por cierto organizarán en cada lugar donde recale la postulante. Es que desde que se conoció la candidatura de la primera dama, Kirchner y Alberto Fernández van cambiando de opinión sobre las oportunidades de mostrarla. «Esto es día a día», señalan dentro del equipo que recibe las órdenes para la organización de las exposiciones. Demasiada inseguridad.

    Mientras tanto, Cobos tiene previsto recorrer varias provinciasdonde el radicalismo presenta listas que acompañarán a la fórmula presidencial del oficialismo, como Río Negro y Salta, además de San Juan y San Luis, donde estuvo el fin de semana. El mapa de actos propios de campaña señala además que Cristina -por ahora- sólo se presentará en las grandes ciudades como Rosario y Santa Fe, en Chaco (si se confirma el triunfo de Jorge Capitanich) y en Córdoba. Para el resto de los distritos (incluido Santa Cruz, claro) no hay nada previsto, al menos hasta diez días antes del cuarto oscuro.
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