5 de agosto 2004 - 00:00
Despidió ayer Lanusse al más kirchnerista
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Incluso, se especuló que Lanusse habría pedido esa renuncia para, en el futuro, tener un atajo para abandonar la intervención. En definitiva, llegó de la mano de Gustavo Béliz y Norberto Quantín, dos especialistas en renegar de sus antiguos aliados.
La crisis, arrastrada desde hace tiempo, estalló el martes cuando Lanusse se enteró de que estaba convocado -por otro funcionario, Pablo Fondevila- un encuentro con intendentes, y presumió que lo había organizado Ilarregui. Furioso, lo llamó a su despacho.
-¿Por qué armaste la reunión sin avisarme?, preguntó Lanusse.
-Yo no la armé y, además, Pablo, me tenés cansado con tus persecuciones. Con vos no se puede trabajar en serio, dijo con ácida cordialidad Ilarregui.
-Entonces, andate.
Temeroso de perder protagonismo político, Lanusse recelaba a Ilarregui porque éste se contactó con sectores del PJ y la oposición, la CGT y empresarios que desconfian del interventor. «Yo no soy candidato a gobernador así que todo lo que hago es para la gestión», le decía Ilarregui cuando Lanusse le reprochaba esos encuentros.
Lo cierto es que Lanusse deberá enfrentar más frentes de conflicto que hasta ahora los «atajaba» el renunciado ministro de Gobierno.
La salida del ministro se da en momentos en que -ante la fuerte crítica de opositores juaristas y radicales- Lanusse impulsa una reforma de la Constitución provincial. Al respecto, ayer anunció que en octubre se realizarán las elecciones de convencionales constituyentes.
El alejamiento de Ilarregui se suma al de Miguel Pesce, que se desempeñaba como ministro de Economía de la provincia y fue designado como titular de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN).
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