Argentina se quedó con la medalla de plata
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La polémica por los fallos arbitrales recién empieza, la levantada de Yugoslavia fue importante, pero nada puede empañar la brillante, imborrable e histórica actuación del equipo argentino, subcampeón del mundo.
El partido finalizó empatado en 75 y la planilla arroja la impresionante tarea de Fabricio Oberto, con 28 puntos y 10 rebotes.
Hay que dejar rápido de lado la tristeza por lo que no fue e inflar el pecho de orgullo por este equipo argentino, que finalizó con el mejor registro del Mundial, con 8 victorias y una derrota.
Sin Emanuel Ginóbili, porque su presencia hoy sólo fue simbólica debido a una lesión, Argentina dominó en gran parte del juego a la otra potencia mundial, Yugoslavia, que retuvo el título logrado en Grecia '98 y alzó su quinta corona del mundo.
Nadie olvidará jamás las lecciones de básquet que dio este equipo en nueve partidos. Nadie le quitará el orgullo de ser el primer vencedor de un "Dream Team" y haber ganado un reconocimiento unánime en todo el planeta.
Todo eso y mucho más logró este equipo que hoy se colgó la ansiada medalla plateada.
El técnico Rubén Magnano eligió a Andrés Nocioni para reemplazar a Ginóbili y en el comienzo del partido Argentina lució muy concentrada, efectiva, y con una gran labor de sus jugadores internos.
En un partido muy parejo, el seleccionado sufrió un quedo en el minuto final y as¡ Yugoslavia pudo escaparse cinco puntos (24-19), una tendencia que se acentuó en el segundo parcial, cuando Stojakovic se hizo indetenible para Nocioni y anotó 9 puntos.
A los 2 minutos del segundo cuarto Yugoslavia se escapó 27-21, pero en ese momento Argentina se recuperó y logró un parcial de 10-3 con triples de Montecchia y Palladino, y otra gran tarea del trío Oberto, Wolkowyski y Scola.
Cuando el equipo nacional ten¡a el juego controlado Montecchia cometió una infracción, le cobraron un técnico (sumó su cuarta falta) y Yugoslavia lo aprovechó para recuperarse e imponerse antes del descanso por 41 a 39.
En el tercer cuarto se vio lo mejor del equipo. Ginóbili comenzó a entrar en calor (ingresó sobre el cierre de ese cuarto) y eso pareció inyectar de energía a sus compañeros, que lograron un parcial de 10-2 para ganar ese tercer período por 18-11 ante el desconcierto de los europeos.
En ese cuarto apareció Oberto en todo su esplendor, dominó los dos tableros con una categor¡a notable y obligó al técnico yugoslavo a cambiarle varias veces la marca para detenerlo.
El concierto del pivote cordobés siguió en el último parcial, cuando Argentina extendió el dominio y cuando faltaban cuatro minutos estaba 69-61.
Se despertó Yugoslavia, supo que ten¡a el reloj como principal enemigo y de la mano de un brillante Dejan Bodiroga (goleador con 27 puntos) equilibró el partido.
En el final llegó la polémica. Scola robó una bola en la mitad de cancha a falta de cinco segundos y el árbitro griego Pitsilkas cobró una dudosa falta.
Divac erró los dos libres, el rebote le quedó a Sconochini, que corrió toda la cancha hacia el aro y recibió una clar¡sima falta de Jaric.
Los árbitros, literalmente, se comieron el pito frente a la chicharra final y ante la queja de todo el plantel.
Sin embargo, nadie le sacará la gloria de una medalla en la que pocos creían.
• Síntesis del partido:
Estadio: Conseco Fieldhouse, de Indianápolis.
Parciales: 19-24, 39-41, 57-52 y 75-75.
Tiempo suplementario: 84-77.
Yugoslavia 84: Vujanic 7, Gurovic 3, Stojakovic 26, Koturovic 3 y Divac 3; Bodiroga 27, Tomasevic 6 (x), Jaric 9, Rakosevic 0. DT: Svetislav Pesic.




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