20 de septiembre 2008 - 00:00

Bush defiende el plan: "Es un precio grande para un problema grande"

Goeorge W. Bush.
Goeorge W. Bush.
El presidente de EE.UU., George W. Bush, justificó ayer el intervencionismo de su Gobierno, un firme defensor del libre mercado, para mitigar la crisis y el alto coste del plan de rescate que prepara el Tesoro por 700.000 millones de dólares.

El Gobierno envió al Congreso el borrador final de su propuesta, para que el Tesoro pueda comprar activos hipotecarios en manos de los bancos por un importe de hasta 700.000 millones de dólares, en lo que supone la mayor intervención de la historia.

El borrador, que fue difundido por The New York Times en su página web, contiene, además, la autorización que debe dar el Congreso para que el Gobierno pueda elevar el endeudamiento del país a 11,3 billones de dólares.

"Es un precio grande para un problema grande", dijo hoy Bush, en una comparecencia en la Casa Blanca junto al presidente de Colombia, Álvaro Uribe.

El Congreso podría someter las medidas a votación la próxima semana.

El mandatario reconoció, tanto en su comparecencia como en el discurso radiofónico de los sábados, que va a recibir críticas por esta medida intervencionista, que ha sido calificada como la más importante desde la Gran Depresión de los años 30.

Los defensores del libre mercado argumentan que estos deben corregir por sí solos sus propios desajustes.

Pero ayer Bush explicó: "cambié de parecer cuando los expertos me informaron de la gravedad significativa de este problema. Se actuó para evitar el descalabro total".

"Tomé la decisión con los expertos y a largo plazo estaremos bien", argumentó.

Para justificar su decisión, Bush indicó en su discurso radiofónico: "nuestro sistema de libre empresa se basa en la convicción de que el Gobierno federal debe intervenir en el mercado solo cuando es necesario".

"Dada la situación precaria de nuestro mercado financiero -y su vital importancia en la vida cotidiana del pueblo estadounidense-, la intervención del Gobierno no solo se justifica, sino que es esencial", explicó.

Horas antes, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, había indicado a un grupo de congresistas, con el que se reunió a puerta cerrada el viernes, que la economía estadounidense se precipitaba a un "cataclismo" si no se actuaba pronto, informa hoy The New York Times.

Pero pese a las explicaciones de Bush, el intervencionismo del Gobierno de EE.UU. ha generado muchas críticas, algunas de ellas procedentes incluso de sus propias filas republicanas.

"El libre mercado ha muerto en EE.UU.", señaló en un duro comunicado el senador republicano Jim Bunning, quien aseguró que las medidas de intervención que ha bosquejado el Tesoro suponen "eliminar el libre mercado e instituir el socialismo" en ese país.

Bush, además, tuvo que salir a defender el alto coste del paquete que negocia su Gobierno con el Congreso para liberar a los bancos de su cartera de activos hipotecarios dañados.

A los 700.000 millones de dólares del plan de compra de activos hipotecarios se unen los 200.000 millones que el Gobierno ha comprometido en el rescate de las gigantescas compañías hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, y los 85.000 millones de dólares en la intervención de la mayor aseguradora del país, AIG.

Ayer Bush reconoció que el tamaño económico del paquete que lanzará el Gobierno debe ser monumental, porque le preocupa el impacto que la crisis financiera pueda tener en el resto de la economía.

"El riesgo de no hacer nada supera el riesgo del (monto) del paquete. Con el tiempo, recuperaremos parte de este dinero", afirmó.

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