28 de febrero 2024 - 00:00

Diálogos de Wall Street

¿Se enfría la economía? ¿Habrá que cerrar el gobierno? ¿Cuál será el próximo paso de la FED? Gekko contestas esas y otras preguntas clave.

El especialista, escudado bajo el seudónimo de Gordon Gekko, contesta preguntas claves sobre la economía de EEUU.

El especialista, escudado bajo el seudónimo de Gordon Gekko, contesta preguntas claves sobre la economía de EEUU.

Periodista: ¿Se enfría finalmente la economía después de un avance febril? Primero, fue la caída fuerte de las ventas minoristas. Ahora, reculan las órdenes de bienes durables, 6,1%. Es un derrumbe como no veíamos desde abril 2020 cuando la pandemia forzó la cuarentena y el encierro de la población. ¿Las empresas empiezan a recortar la inversión?

Gordon Gekko: Pienso que no. Como mínimo, sería prematuro aseverarlo. La data de enero hay que tomarla con pinzas. No digo ignorarla pero no se pueden sacar conclusiones tajantes solo a partir de ella. Sabemos que el clima fue un factor relevante que jugó en contra. Y eso siempre puede tergiversar una medición puntual.

P.: Pero el cuadro es más débil de lo que podía esperarse. Y la pérdida de vigor se generalizó. Ventas minoristas, inicios de construcción de viviendas, la actividad industrial manufacturera y ahora también las órdenes de bienes de capital. Todos ellos, todos juntos, pusieron marcha atrás.

G.G.: Sin embargo, la creación de empleo, también en enero, fue muy sólida. La información de actividad (basada en encuestas) recoge un rebote en febrero de la mano de mejores condiciones climáticas. Detecta una desaceleración en servicios y la vuelta al crecimiento de la industria, por primera vez en tres meses y al ritmo más alto en diez. Y refiere una demanda sostenida, incluyendo un salto en las nuevas órdenes que recibieron los productores de bienes físicos.

P.: ¿No hay razones para preocuparse?

G.G.: Se creció 3,3% en el IV trimestre. Y se bajó un cambio. Nada grave.

P.: El pronóstico en tiempo real de la FED de Atlanta decía 2,9% y ahora levantó a 3,2%.

G.G.: ¿De qué enfriamiento se preocupa, entonces? Quizás el ritmo que se traía de arrastre del segundo semestre de 2023 (fortísimo) se moderó un poco más. El consenso de los economistas espera una expansión de 2%. Por supuesto, si así fuese, no constituye tampoco una señal de anemia.

P.: Más bien, una confirmación del aterrizaje suave.

G.G.: Sería el séptimo trimestre consecutivo de crecimiento del PBI por encima de la tasa potencial de 1,8% que la FED estima, con ocupación plena, como velocidad máxima compatible con la inflación en 2%. Pero Powell no se desvela por los excesos. La inflación converge igual a la meta.

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Jerome Powell, titular de la Reserva Federal. No hay razones para esperar una baja de tasas pronto.

Jerome Powell, titular de la Reserva Federal. No hay razones para esperar una baja de tasas pronto.

P.: Le cambio el foco de inquietud. ¿Qué tan probable es que haya que cerrar el gobierno a partir del viernes por motivos presupuestarios?

G.G.: Estamos otra vez al filo de la cornisa. Si no hay acuerdo entre el Gobierno y los republicanos para emitir una ampliación de la autorización de gasto antes del viernes, habrá un cierre parcial de la Administración. Y si el impasse se prolonga, el 8 de marzo aumentarán las áreas afectadas por la clausura. Lo más probable era haber arreglado el asunto el fin de semana pasado. El gobierno está funcionando sobre la base de una medida precaria y necesita renovarla. Ahora lo más probable es que lo consiga a último minuto. Es un sistema disfuncional. Lo sabemos. Pero no hay incentivos para que la política lo mejore.

P.: ¿Efectos. si no se evita el cierre? ¿La FED tomará alguna decisión?

G.G.: Los efectos serán menores, transitorios, y reversibles con rapidez. Una solución debería insumir pocos días. No debería ser un gran negocio político promover un cortocircuito así en un año electoral, y menos para los republicanos. Y, sin embargo, estamos a un tris de que ocurra. La FED, desde ya, no tiene nada que ver y lo mirará de palco. Incluso si, contra lo que uno se imagina, la disputa se prolonga.

P.: No hay razones, entonces, para esperar una baja de tasas pronto. Aunque la economía se enfríe como consecuencia de un chisporroteo político, si este se sale de cauce o se alarga en demasía.

G.G.: Correcto. El próximo paso de la FED, en marzo, será revisar la política de QT. Es muy posible que anuncie un ritmo más cansino de reducción de su hoja de balance. Para aplicarlo, tal vez, a partir de abril.

P.: ¿Lo hará antes de bajar las tasas, entonces?

G.G.: Sí. El instrumento de política monetaria hoy es la tasa. No la tocará. La FED solo querrá dejarle más liquidez al sistema financiero para lubricar su funcionamiento normal. Eso sí, el QT no va a influir en la tasa corta pero sí lo hará en la pendiente de la curva de los bonos. Ceteris paribus, tiende a bajar las tasas largas aunque en las condiciones actuales no es su propósito específico. Uno debería esperar que la FED tome una decisión paulatina de finalización del QT y, por ende, un efecto modesto sobre las tasas largas.

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