La inflación apacible que prometía enero no se cumplió. Se sabía de la merma de los valores de la nafta en el surtidor (cayeron 3,3%). No alcanzó. Los precios al consumidor subieron 0,3%; la canasta núcleo, 0,4%; y los servicios (sin energía), 0,7%. Quienes desconfían del éxito de la guerra contra la inflación tienen datos duros de dónde agarrarse. Los creyentes, como la propia FED, preservan un rosario de evidencia acumulada, pero igual se llevan algo. Un recordatorio de que el camino hacia la meta de 2% puede ser arduo y pedregoso.
EEUU: la avalancha de sorpresas que dejó la economía en enero y una espera que se alarga
No fue solo el dato de inflación la sorpresa. ¿Lidiamos con una economía más robusta y también con una inflación más picante? Hay tres bajas de tasas apuntadas en borrador para 2024, pero no existe apuro por empezar.
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Jerome Powell, el jefe de la FED, estuvo al día siguiente con legisladores. Según esas mismas fuentes, acotó que las cifras no suponen nada nuevo bajo el sol. A fin de mes, en todo caso, las cruzará con el deflactor del consumo, la vara que prefiere la institución. Semanas atrás así se apagó la luz amarilla que encendió la medición minorista de diciembre (que se borró luego con la revisión anual de toda la serie).
No obstante, esta vez, todos los ríos suenan y traen sorpresas. La inflación mayorista trepó también 0,3%. Los precios de importación y de exportación, 0,8%, ambos. Son dinámicas muy distintas. La inflación al consumidor interanual se ubica en 3,1% (y la núcleo en 3,9%). La inflación mayorista talla en 0,9% y la de los precios de importación y exportación es negativa (-1,3% y -2,4%, respectivamente). ¿Qué hizo entonces que de repente volvieran a acelerarse todas juntas?
Las sorpresas que fue trayendo enero para la economía de EE.UU.
Enero es una caja de sorpresas. Nadie imaginaba, por empezar, la creación exuberante de 335 mil puestos netos de trabajo (apenas la mitad). ¿Lidiamos con una economía más robusta y también con una inflación más picante? Los informes PMI, que se adentran hasta febrero, confirman lo primero, y niegan lo segundo. Aseveran que la inflación cede pari passu. Pero ni la visión compacta de la economía real resiste el paso sinuoso de los indicadores. Las ventas minoristas se hundieron mucho más de lo que hacía prever el rigor de las condiciones climáticas. Es otra sorpresa rotunda. Y a contramano. Se esperaba una caída de 0,2%. Resultó cuatro veces más profunda. Lo más llamativo es que las ventas a distancia también cayeron 0,8%. Y ese frío gélido no se le puede achacar al invierno.
La FED es data dependiente. ¿Cómo responderá a un festival de sorpresas que apunta en todas direcciones? ¿Qué hará, en particular, ante el repunte punzante de la inflación? Powell ya avisó. Hay tres bajas de tasas apuntadas en borrador para 2024, pero no existe apuro por empezar. ¿Quizás se deban subir las tasas? Austan Goolsbee, de la FED de Chicago, contestó tajante: la inflación “puede subir un poco y mantenerse en el sendero de 2%”. Son sus palabras, “es totalmente claro que está bajando”. Sería un error sobrerreaccionar a un número puntual, dicen el sentido común y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, quien supo manejar la FED. Pero no es un único dato, es una avalancha. Sin embargo, se debe sospechar de la fortísima estacionalidad de enero y de la dificultad para depurar las cifras. Si se toman los datos crudos -sin desestacionalizar- la merma de la inflación, por caso, es una tendencia que no está en tela de juicio. Y el vigor del empleo luce genuino aunque la comprobación sea paradójica. Enero destruyó 2,6 millones de puestos de trabajo netos. Son unos 200 mil menos que lo usual el primer mes de cada año en promedio.
Qué se espera que haga la FED con las tasas
¿Qué hará la FED? Ver y esperar. Su regla desde julio. Está claro: no comenzará la poda si sospecha de la información. Más confusa la data, más prolongará la vigilia. Aun de brazos cruzados, y con la boca cerrada, la política monetaria es restrictiva. Y el mercado de bonos ya tomó cartas en el asunto. Las tasas largas escalaron 40 puntos base desde que empezó el año y sirven de contención. Antes que la FED moche sus tasas, la de diez años deberá hundirse por debajo de 4%. Wall Street no tiene queja. La Bolsa acusó recibo del mal número de la inflación, sorbió un día amargo, y tres después, cerró su quinta semana consecutiva en alza. Y lo hizo con un récord flamante. Es más, hasta el castigado Russell 2000 le puso el pecho a las balas. Lejos, muy lejos todavía de los máximos y del fervor de los inversores, soportó el chubasco de las tasas largas y la data enjabonada. Se derrumbó 4% el martes pero lo recuperó todo y se dio maña para dar otro paso al frente (+1,13%) en el balance final de la semana.
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