Hubiera hecho falta otra jornada más en suba, como para terminar de convencer a los más escépticos, que el mercado había entrado en una zona de franca suba. Esto no se dio, y aunque la baja de 1,45 por ciento que experimentó el Promedio Industrial al cerrar en 10.433,41 puntos, no es para nada algo alarmante, quedó la sensación de que tal vez fueran demasiadas las voces que volvieron a escucharse de los escépticos. Sin dudas se puede usar una vez más el viejo argumento de la toma de ganancias, pero así como no había razones verdaderamente claras para explicar el salto que tuvieron las acciones en las últimas ruedas, esta vez si las hubo para justificar el porqué de la baja. De hecho, ante la magnitud de la suba del viernes y del lunes, las apuestas estaban a que el mercado seguiría ganando terreno aunque más no sea por una cuestión de su propia inercia, algo que si se dio entre los fabricantes de microcomponentes electrónicos que desde el viernes han ganado un impresionante 20%. Sin embargo, entre las blue chips esto no se dio y estos papeles arrancaron la jornada y se movieron durante casi todo el día en negativo. Básicamente se puede resumir la preocupación existente, no en el estado de la economía, sino en las ganancias de las empresas. Los números que confirmaran si esta preocupación es real o simple ficción se conocerán recién a fines de abril y principios de mayo. Hasta entonces estaremos sujetos al arbitrio de los informes de la macroeconomía. A pesar de la recuperación de los Bonos del Tesoro, el dólar siguió su camino descendente, en tanto el petróleo cerró en el máximo de los últimos 5 meses.
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