16 de junio 2020 - 00:00

Pimco, uno de los mayores acreedores de deuda en pesos

PIMCO Fondo de Inversión.jpg
Sky News

El fondo Pacific Investment Managment Co. (PIMCO) escribirá esta semana una nueva página en su complicada historia con el país. Deberá decidir qué hace con su apuesta por el Bono de Política Monetaria (BoPoMo, alias TJ20). Este bono termina su vida útil el viernes. Economía quiere pagarlo, pero aún no se descarta del todo la posibilidad de un reperfilamiento de último momento. Del total, el fondo de origen californiano detenta unos $66.000 millones.

Y, de la decisión que tome PIMCO a partir de lo que ofrezca el ministerio de Economía, dependerá parte del futuro monetario de corto plazo nacional. Si aceptan las opciones de renovación que plante el palacio de Hacienda; demostrarán una nueva voluntad de diálogo con la Argentina, un mercado donde apostaron fuerte; y que, obviamente, les produjo más problemas y sinsabores (medidos en millones de dólares) que beneficios. Si, por el contrario, quieren el dinero contante y sonante para transformarlo en dólares vía bolsa; alterarían la frágil estabilidad cambiaria que al Banco Central de Miguel Pesce tanto le costó construir.

El BoPoMo es una invención elaborada y lanzada al mercado argentino el 21 de junio de 2017 por Luis “Toto” Caputo, en el tiempo en el que trabajaba como ministros de Finanzas del gobierno de Mauricio Macri. El total de la emisión llegó a los $118.523.433.743 millones. Pagaba cupón a partir del nivel de la tasa de interés de las entonces célebres Letras de Liquidez del Banco Central, con liquidaciones trimestrales los 21 de marzo, junio, septiembre y diciembre de cada año; y representaba un ensayo sobre el mecanismo que el entonces funcionario intentaría como escape financiero para absorber en aquellos días la mayor cantidad de pesos posibles en el mercado; e ir licuando los vencimientos mensuales de las Leliq.

La estrategia original de Caputo no era mala: lanzar al mercado bonos en moneda local de dos a tres años de plazo, y que pagaran intereses similares a las Leliq de vencimiento mensual, extendiendo vencimientos a más de dos años. En aquellos tiempos de precrisis, el Ejecutivo creía seriamente que para el segundo semestre de 2019 la bola de nieve de las Leliq estaría dominada y que podría ser renegociada en los mercados por bonos a largo plazo. Para esto se descartaba que ese año, la inflación anualizada se ubicaría entre el 20% y el 25% (o menos), con tasas de Leliq por debajo del 40%; y con un dólar controlado a fuerza de la caída de la inflación y el consecuente crecimiento económico del país. En definitiva, la confianza haría que la apuesta por estos bonos fuera creciente.

La realidad de junio de 2019 fue muy diferente. El gobierno de Mauricio Macri negociaba la segunda versión del acuerdo Stand By con el Fondo Monetario Internacional (FMI), peleaba con una porfiada inflación que finalmente llegaría al 53,8% para todo el año y los intereses anuales medidos por las Leliq treparían a más de 80%; pero perdiendo contra la devaluación del dólar. La historia del bono continuaría en el tiempo, y su cronograma terminará el próximo viernes 21 cuando habrá que pagar aquellos más de $118 millones más otros $ 12.000 millones en intereses. En total, son unos $130.000 millones. O, medida de otra manera, el 6% de la base monetaria.

Ahora todas las miradas están puestas al mayor apostador que tiene el BoPoMo: el fondo PIMCO, que detenta hoy casi el 60% del total del vencimiento; con lo que, el viernes debería cobrar unos $70.000 millones. Se trata de uno de los fondos de inversión más importantes del mundo, y del principal apostador a la deuda soberana de países emergentes a nivel mundial. El fondo se convirtió en un gran tenedor de deuda soberana del país en los últimos años. Si bien tenía operaciones anteriores, la profundización de sus operaciones llegó por el conocimiento directo y la confianza que la casa de inversiones le tenía a Caputo desde sus días de operador VIP del mercado financiero mundial, especializado en deuda latinoamericana. Se trata de una firma de inversión fundada en Newport Beach, California, en 1971 por William H. Gross (que aún la dirige) y por Mohamed A. El-Erian. En 2000 fue adquirida por Allianz, y desde ese momento opera bajo su ala, pero como fondo independiente.

Dejá tu comentario

Te puede interesar