La Administración de Usinas y Transmisiones Eléctricas (UTE) de Uruguay cerró un nuevo capítulo en su estrategia energética: firmó un acuerdo con la empresa operadora del Gasoducto Cruz del Sur (GCDS) para importar gas natural desde Argentina hacia su central térmica de Punta del Tigre. El convenio fue confirmado recientemente por la presidenta del ente, Andrea Cabrera.
Uruguay reimpulsa el uso de gas argentino: reactivan importación por el Gasoducto Cruz del Sur
La estatal uruguaya UTE firmó un convenio con Gasoducto Cruz del Sur para abastecer su central térmica con gas argentino, con el objetivo de reducir costos de producción y fortalecer su matriz energética.
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UTE importará gas desde Argentina a través del Gasoducto Cruz del Sur
Para Uruguay, este acuerdo representa un primer paso en la reactivación de una infraestructura clave y en la diversificación de su matriz energética.
Tal como reveló Ámbito Uruguay, este paso representa un giro importante en la gestión energética del país, ya que permite reemplazar -al menos parcialmente- el uso de combustibles más caros como el gasoil.
Según Cabrera, el flujo gasífero argentino habilitado por el contrato permitirá reducir casi un 50% de los costos de generación térmica en la central.
Por qué este acuerdo es significativo
El gas importado se destinará específicamente a Punta del Tigre, lo que supone que Uruguay recupera una fuente de energía estratégica para momentos de demanda elevada o situaciones extraordinarias -como el caso de sequías, que en 2023 generaron altos costos operativos para UTE.
El sistema del Gasoducto Cruz del Sur -activo desde 2002- ya conectaba Punta Lara, en Argentina, con Montevideo y varias zonas del sur uruguayo. Con este acuerdo, vuelve a activarse como eje clave para la importación de gas natural hacia Uruguay.
Según las autoridades uruguayas, el uso de gas natural en lugar de gasoil no solo reduce costos, sino que también mejora eficiencia energética y ofrece una alternativa más sostenible en términos de emisiones.
La ministra de Industria, Energía y Minería de Uruguay, citada por medios locales, valoró que el convenio aporta “certidumbre” al sistema eléctrico nacional, al tiempo que permite planificar la generación con costos más estables.
“Es muy importante y mejora toda la infraestructura de Punta del Tigre que funciona habitualmente a gasoil", consideró Cabrera, quien señaló además que la diferencia de costos entre el combustible fósil y el gas sería de 86 dólares por megavatio. De todos modos, no se llevará a cabo una sustitución total, sino que se busca tener una alternativa de menor costo ante la eventualidad de tener que encender unidades térmicas, por ejemplo, ante una mayor demanda en momentos puntuales durante el verano o, también, en una situación extrema como una sequía.
Gasoducto Cruz del Sur es una empresa uruguaya integrada por compañías nacionales e internacionales -Shell (40%), Pan American Energy (30%), Ancap (20%) y Wintershall Dea (10%)- dedicadas a la exploración, producción y distribución de gas natural.
Uruguay como posible nodo de tránsito gasífero regional
El acuerdo no solo tiene impacto interno. Desde el gobierno uruguayo ha surgido nuevamente la idea de posicionar al país como puente gasífero entre Argentina y Brasil, aprovechando su ubicación estratégica y la infraestructura existente. El presidente, Yamandú Orsi, sostuvo que Uruguay podría articularse como corredor de gas si los flujos regionales se alinean.
Si se concretara ese rol de tránsito, no solo se asegurarían consumos internos más competitivos, sino que Uruguay podría desempeñar un papel clave en la integración energética regional, promoviendo interconexiones que faciliten el flujo de gas entre Sudamérica del Sur.
No obstante, el nuevo acuerdo no implica una sustitución total del gasoil: UTE aclara que la importación de gas será utilizada como complemento en la generación térmica, sobre todo en picos de demanda o situaciones críticas.
Además, será necesario detallar los contratos de abastecimiento desde Argentina, asegurar la continuidad del suministro, y calibrar los costos logísticos que implica transportar gas a través del ducto transfronterizo.
Para Uruguay, este acuerdo representa un primer paso en la reactivación de una infraestructura clave y en la diversificación de su matriz energética. Para la región, puede marcar el resurgir de una estrategia compartida de intercambio energético, una alternativa atractiva en un contexto global donde los combustibles fósiles tradicionales enfrentan cambios estructurales.




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