4 de diciembre 2003 - 00:00

"AMERICAN PIE LA BODA"

«American Pie-La boda» (American Wedding, EE.UU., 2003, habl. en inglés). Dir.: J. Dylan. Int.: J. Biggs, A. Hannigan, E.K. Thomas, E. Levy, S.W. Scott.

“l matrimonio no se relaciona directamente con la lujuria desenfrenada; es más, cuanto más profundo es el lazo matrimonial, más extenso es el tiempo que se puede pasar sin sexo”plain. En «American Pie-La boda», este tipo de diálogos no están a cargo de intérpretes juveniles: un señor maduro como Eugene Levy participa de varios de los mejores gags de esta segunda secuela de «American Pie», y este detalle se vuelve especialmente interesante, ya que convierte a esta comedia en un producto mucho menos limitado que los dos films anteriores.

Sin abandonar ese estilo humorístico eficaz pero impresentable de la saga, esta película logra humillar/redimir a personajes de todas las edades. Sin contar con varios de los intérpretes más populares de los dos films anteriores -como Chris Klein o Tara Reid-, el guionista Adam Herz no dudó en potenciar al máximo a esos personajes secundarios que terminaban robándose las escenas más divertidas.

El matrimonio entre el torpe Jumbo y la experimentada clarinetista incluye todo tipo de
detalles originales, desde la intolerancia de una abuela judía hasta el lado gay de un supuesto supermacho. Mezclando temas de films como
«Despedida de soltero», «El padre de la novia» y «El último americano virgen», el director Jesse Dylan -hijo de Bob-se las arregló para lanzar las guarangadas más desenfrenadas al público, guardando siempre en la manga un remate que impida que nadie se levante de su butaca horrorizado.

Humor

Casi como una remake de un viejo film de Robert Altman, esta supuesta comedia tonta no perdona a nadie, y divierte a todos. Sin intentar una catarata de gags, ofrece situaciones divertidas que cada tanto explotan en gags imperdibles., como la fallida despedida de soltero, o la conversión del degenerado del grupo en un niño explorador, capaz de todo con tal de desflorar a la virginal hermana de la novia.

Como comedia poco pretenciosa, voluntariamente ordinaria y necesariamente elemental, llama la atención la cantidad de subtramas e ideas raras y audaces que surgen de cada escena, tenga que ver con zoofilia, depilación fetichista, consejos paternos sobre perversiones absurdas, o dobles vidas entre la danza y el fútbol americano.

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