• Hubo que esperar a que la televisión se plagara de sexo y mal gusto en todos los horarios para que el Comfer se acordara de regular y controlar. Emitieron ayer un comunicado en el que parecen desayunarse de la novedad. Dicen que «el organismo ha notado un incremento notorio y excesivo de programas que exponen una alta carga de sexualidad en sus contenidos, especialmente durante el horario de protección al menor». Pero no explican el modo en que controlarán, excepto el pedido de cooperación hacia ATA, CAPIT y ATVC, entre otras asociaciones vinculadas al quehacer televisivo.
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• Uno de los programas que evitó mostrar sexo fue «Botines», en «Canal 13». Mientras podía haberse construido una escena de sexo fuerte entre Nacha Guevara y Joaquín Furriel, se limitaron a sugerir y apuntaron al erotismo más que al exhibicionismo, tan común en la TV actual. Aunque el horario para adultos lo habría permitido (pasadas las 23) y a sus protagonistas tal vez no les habría disgustado la propuesta, las escenas específicamente sexuales fueron discretas, sin por ello ser timoratas. Este es uno de los pocos buenos programas que aún pueden rescatarse de la TV.
• Avergüenzan los segmentos mediante los que Marcelo Tinelli y Susana Giménez intentan bombardearse mutuamente en rating. Susana abrió su programa con un acróbata brasileño que comenzó haciendo piruetas y terminó con los bomberos en el canal cuando quiso encender un aro de fuego. Derramó alcohol sobre la escenografía e incendió el piso. Al día siguiente, Jorge Rial reveló «el verdadero enojo de Susana Giménez», que nada tenía que ver con el incendiario. Presentó un diálogo de una supuesta reunión de producción y realizó luego un seguimiento por el programa de Susana. La diferencia entre las ideas y lo que finalmente terminaba saliendo al aire resultaba abismal.
• Marcelo Tinelli ya es todo un especialista en rellenar costosos minutos de aire con el aporte de anónimos que buscan fama. Ya pasaron los adultos y niños por el bloque «30 segundos de fama» o «El show del chiste» y ahora le llegó el turno a los animales: el dueño asiste al programa con su mascota y la condición es que se le parezca. Fueron varios los perros y gatos compitiendo para ganar el premio mayor pero uno de los perros se retobó y no dejaba de gruñir ante las risotadas con las que Tinelli se dobla durante la hora y media de programa. Al parecer, no tuvo en cuenta el conductor que a los animales no puede domesticarlos tan fácilmente como a las modelos.
• Luego de años amenazando con que Diego Maradona animaría un programa de TV, el ex jugador anunció anteayer que conducirá «La noche del 10» en «Canal 13». Será un magazine semanal con invitados, juegos, fútbol y anécdotas, para fines de agosto, a las 23. «Vamos a invitar a Pelé, Ronaldo, Mirtha Legrand, Susana Giménez y Marcelo Tinelli» le dijo Maradona a Adrián Suar en «Telenoche», que suele publicitar novedades del monopolio. Maradona pasó luego por el programa de su amigo Marcelo Tinelli en «Canal 9» y discurrió más sobre su persona que sobre el acuerdo que cerró con la competencia: «Hace un año y un mes que no me drogo y es muy difícil convencer a la gente de eso».
• El morboso programa «Transformaciones» tuvo como «participante» a Raúl Lavié y señora. La pareja contaba lo duro de envejecer de a dos y advertir cómo decae el cuerpo. Así, se operaron en pareja y aunque los cambios no fueron muy grandes, los cortes de bisturí abundaron. Sin duda, el morbo vende porque este programa, junto con «Cámara testigo» en «América», logran alta aceptación de parte del público en materia de rating. «Cámara testigo», claramente inspirado en los ciclos norteamericanos con fuertes testimonios visuales, mostró en el último programa dos choques múltiples en la General Paz. Lo más fuerte: el pobre hombre que se bajaba de su auto justo cuando otro coche lo embestía de atrás.
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