4 de mayo 2005 - 00:00

El fantasma del incesto en pieza inteligente

Paula Ransenberg y Mario Petrosini son los estupendos oficiantes de «Las hojas más tiernasde los árboles», comedia dramática en la que el incesto funciona como una sinuosametáfora de la pasión amorosa.
Paula Ransenberg y Mario Petrosini son los estupendos oficiantes de «Las hojas más tiernas de los árboles», comedia dramática en la que el incesto funciona como una sinuosa metáfora de la pasión amorosa.
«Las hojas más tiernas de los árboles». Int. y dramaturgia: P. Ransenberg y M. Petrosini. Dir.: M. Nacci. Musicalización y Escenog.: P. Ransenberg, M. Petrosini y M. Nacci. Vest.: P. Molina. (Teatro «La tertulia».)

"Las hojas más tiernas de los árboles" es una comedia dramática de gran frescura y sencillez, con personajes creíbles que se muestran tal cual son y expresan sus sentimientos sin intelectualización alguna.

Ahora bien, tal simpleza es sólo aparente, ya que la conmovedora historia de amor que une a sus protagonistas tiene un entramado mucho más profundo del que podría sugerir su argumento.

Agustina
y Ariel (muy buena labor de Paula Ransenberg y Mario Petrosini, también a cargo de la dramaturgia) son dos chicos de barrio que sobre el final de su infancia descubren que son hijos del mismo padre. Sin embargo, esto no aminora la fascinación mutua que de niños los llevó a comprometerse mediante un pacto de sangre. A lo largo de los años irán sumando huidas y desencuentros que no logran atenuar la irrefrenable pasión que los une. Pero la prohibición del incesto seguirá funcionando como un tercero que les impedirá mantenerse unidos por mucho tiempo.

Cabe aclarar que este tema -del que tanto abusan las telenovelas para fortalecer sus intrigas- funciona aquí como una sinuosa metáfora de la pasión amorosa que en su incontinente voracidad busca concentrar todos los vínculos en uno sólo. Los amantes provienen de hogares desarticulados y esto hace que intenten reparar sus carencias afectivas con una relación endogámica que tampoco pueden soportar. La prohibición está siempre presente, pero -y éste es uno de los grandes méritos de la obra- nadie necesita hablar del tema, todo está puesto en la acción.

«Las hojas más tiernas...»
cuenta con un impecable trabajo de dramaturgia capaz de articular los distintos planos temporales (la infancia, adolescencia y adultez de los protagonistas) sin fisuras ni puntos muertos. Con su equilibrado componente de drama, pasión y humor el espectáculo se disfruta sin ningún esfuerzo. Pero «la ficha» cae más tarde, cuando uno ya está fuera del teatro y empieza a repasar todo lo que vio.

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