29 de septiembre 2007 - 00:00

Filme de Wayne Wang se llevó la Concha de Oro en San Sebastián

Wayne Wang.
Wayne Wang.
"Mil años de oración", del chino radicado en los Estados Unidos Wayne Wang, obtuvo ayer la Concha de Oro a la mejor película de la 55ta. edición del Festival de Cine de San Sebastián, donde la argentina "Encarnación", de Anahí Berneri, ganó el premio Fipresci que entrega la asociación de críticos internacionales.

Conmovedor relato sobre la soledad y la incomunicación en las sociedades modernas, la película de Wang -miembro destacado del cine independiente estadounidense- también obtuvo la Concha de Plata al mejor actor, por la inolvidable interpretación del chino Henry O. como un anciano que viaja a los Estados Unidos para ver a su hija.

Aunque generó algunas sospechas el hecho de que el presidente del jurado, el escritor y cineasta estadounidense Paul Auster, sea amigo personal de Wang y haya codirigido con él "Humos del vecino" en 1995, los méritos de la película y de su protagonista son totalmente incuestionables, tal como lo confirmó esta tarde el cerrado aplauso que siguió al esperado anuncio de los premios oficiales.

Ganadora además del premio Signis y del Círculo de Escritores Cinematográficos, la película de Wang aborda la pequeña pero emotiva historia de un anciano chino que llega a los Estados Unidos a visitar a su hija, pero se topa con la distancia que le imponen el idioma y los ritmos pausados de su avanzada edad.

El mayor desafío al que se enfrenta el protagonista no es la diferencia idiomática, sino la falta de entendimiento de una sociedad que parece estar apurada por llegar a ninguna parte, cuando él se mueve lentamente, casi a paso de tortuga, hacia un objetivo tan poco ambicioso como ayudar a los otros y disfrutar de las pequeñas cosas que hacen más valiosa su vida.

En tanto, el jurado integrado además de Auster por Susú Pecoraro, Pernilla August, Nicoletta Braschi, Eduardo Noriega, Meter Webber y Bahman Ghobadi, entregó su Premio Especial a "Buda explotó por vergüenza", de la iraní Hana Makhmalbaf, otras de las películas que tenían más chanches de ganar.

Según sus considerandos, "se trata del primer largometraje de una directora muy joven que ha impresionado al jurado por la exquisita fotografía y por su protagonista, la extraordinaria niña Nikbakht Noruz.

La película se convirtió en el debut de una directora que esperamos siga creando obras importantes en adelante".

La película -que fue recibida con una ovación por el público- describe el drama humano en Afganistán a través de la mirada lúdica y simbólica de Backtay, una niña que quiere ir al colegio para aprender, pero se choca con prejuicios culturales y religiosos y es perseguida por otros niños que amenazan con apedrearla por llevar un cuaderno y ser mujer.

Es así que la crisis humanitaria y cultural que aqueja a un país como Afganistán, que sufre de guerras e invasiones desde hace ya varias décadas -primero fueron los soviéticos, luego los talibanes y ahora los estadounidenses y la OTAN-, está retratada en esta magnífica película a través de las relaciones que esta pequeña establece con sus pares.

Aunque había sido recibida tibiamente por el público, la película argentina "Encarnación", de Anahí Berneri, obtuvo el Premio de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (Fipresci) y engrosó así la lista de galardones obtenidos por el cine argentino en esta edición del certamen donostiarra.

Protagonizada por Silvia Pérez, en un papel que la revela como una interesante actriz, la segunda película de Berneri describe el drama íntimo de Ernie, una ex vedette cuya carrera está en declive y sufre la soledad, la indiferencia de sus pares y los prejuicios de su familia.

Con una estética que privilegia luz, espacios abiertos y colores intensos, "Encarnación" aborda en un momento en la vida de esta mujer que busca amor y reconocimiento en un ambiente donde, desde hace algunos años, todos le dan la espalda.

Al Premio Fipresci obtenido por "Encarnación" se suman para el cine argentino los premios Signis a "La extranjera", de Fernando Díaz, "Palabra por palabra", de Edgardo Cabeza, el documental "4 de julio, la masacre de los palotinos", de Juan Pablo Young y Pablo Zubizarreta, y el cortometraje "El sueño del perro", de Paulo Pécora.

El jurado presidido por Auster entregó el premio al mejor guión ex aequo al estadounidense John Sayles, por "Honeydripper", y a los españoles Gracia Querejeta y Davil Planell por el libreto de "Siete mesas de billar francés", película por la que también fue premiada Blanca Portillo con la Concha de Plata a la mejor actriz.

Por último, el premio del jurado a la mejor fotografía fue para Charlie Lam por su trabajo en "Exodus" (Hong-Kong), mientras que la Concha de Plata al mejor director fue para el británico Nick Broomfield, autor de "Battle for Haditha", una película sobre la masacre de 24 civiles irakíes por parte de un comando de marines estadounidenses.

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