El artista francés Christian Boltanski, famoso por sus instalaciones y activo participante en nuestro país de Bienalsur, murió ayer en París a los 76 años. Fotógrafo, escultor y cineasta, fue uno de los principales artistas franceses de la segunda mitad del siglo XX a partir de su trabajo sobre la memoria, la fugacidad de la vida y el destino. Boltanski fue uno de los primeros en sumarse al proyecto de Bienalsur, organizado por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref). En este espacio trabajó sobre los mitos como último proyecto de su vida. En 2017 presentó la instalación sonora “Misterios” en la costa patagónica, donde le preguntaba a las ballenas sobre el origen del mundo (con silbatos que imitaban el sonido de los cetáceos). También hizo sonar cientos de campanas en los vientos del desierto de Atacama, Chile, en 2014, como otro tipo de instalaciones al aire libre. En 2019 curó su work in progress “Draw Me A Flag”, en simultáneo en Buenos Aires y Río de Janeiro. En la tercera edición de Bienalsur, que sebinauguró el jueves pasado en Salta, iba a presentar su proyecto “Animitas”, una intervención en la Pinacoteca Vaticana, y con la obra “Les disparues” planeaba participar de una exposición en el Museo Caraffa de Córdoba. Boltanski participó en exposiciones en muchos países y en 2019 tuvo una retrospectiva en el Centro Pompidou de París. Y en el edificio de la ex Biblioteca Nacional de Buenos Aires, como homenaje a Borges, presentó la instalación “Flying Books” en 2012, con libros suspendidos en el espacio. El artista nació menos de un mes después de la liberación de París, hijo de un matrimonio entre padre judío y madre cristiana. Las huellas del Holocausto están presentes su obra. Comenzó a pintar a los 14 años, actividad que abandonó en 1968. Trabajó luego con fotografías antiguas, ropa usada, objetos personales, recortes, cartas, como testimonio de la brevedad de la vida. La soledad en la multitud está en sus primeros cortos y en instalaciones como “Sombras”, “Chance” y “Archivos del corazón”, que atesora en la isla de Teshima en Japón desde 2005 los latidos de más de 70.000 personas que participaron en el proyecto, entre ellos los recogidos en Tecnópolis. El artista había realizado su primera exposición en mayo de 1968 bajo el título “La vie impossible de Christian Boltanski”. Allí irrumpía en escena con instalaciones, muñecos de tamaño natural y una primera película autobiográfíca.
15 de julio 2021 - 00:00
Murió ayer Christian Boltanski
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