3 de septiembre 2001 - 00:00
Jurados del mundo premiaron al arte en certamen rosarino
-
La China Suárez apuntó contra Ángel de Brito desde Turquía
-
Vuelve "Una noche en el museo", la saga de películas con Ben Stiller regresa con nuevos personajes

Obra de Hernán Marina.
Sin embargo, su relato no coincide con la sensibilidad extrema de su escritura. Es como si deseara confundir al espectador, que por un lado percibe el tono apasionado de sus enmarañados dibujos, y luego se ve obligado a confrontarlos con un discurso que es ajeno al clima de la obra. Discrepancia que agrega interés al trabajo, al poner a prueba la capacidad de percepción: la obra debe ser apreciada «a pesar» de lo que dice el artista.
Al igual que en el Premio Banco Nación, se advierte la casi total ausencia de pintura; sólo se exhibieron dos, excelentes por cierto y cada cual con su estilo, como la escalofriante dentadura de yeso que presentó Daniel García. Carlos Herrera ganó una mención con su serie de diapositivas perforadas, Isabel Chedafou con una fotografía, Hernán Marina con una bidimensión y Román Vitali con una tridimensión. Las menciones honoríficas fueron otorgadas a Cristina Schiavi y el grupo En Trámite con un video. El premio especial del público lo obtuvo Marcelo Michelli con su «Nido» de mariposas estratégicamente ubicado en un rincón del Museo. Mosquera dictó una conferencia donde subrayó que la diversidad artística de nuestro continente no permite ser encasillada bajo el rótulo de arte latinoamericano, sino que es más preciso hablar del «arte desde América latina».
Criticó «los paradigmas que habían orientado su práctica y valoración», relacionados con ciertas generalizaciones que aún disfrutan de reconocimiento como referentes de la identidad cultural latinoamericana: el realismo mágico, lo real maravilloso, el mestizaje, el barroco, el afán constructivo o el discurso revolucionario. Categorías que inducen al equívoco de reducir nuestro arte a un producto exótico o fantástico, en fin, a un cliché. También señaló los riesgos del estilo global, la lingua franca que iguala el arte de todas las naciones y es el pasaporte de ingreso a los circuitos internacionales. En este sentido, elogió los «errores» de las apropiaciones o «copias» de Brasil, que produce un arte con características especiales.
«Como la paloma equivocada de Rafael Alberti, que quiso ir al norte y fue al sur -observó- esta desorientación ha permitido a los artistas brasileños una participación originalísima». Lamentablemente, cuando le preguntaron qué pensaba sobre el arte argentino, reconoció que no lo conocía. Le pidieron entonces su opinión sobre las obras del premio, a las que definió como «débiles» en comparación con las producciones «fuertes» de otras partes del mundo.
Encontró que dicha debilidad se condice con «la debilidad institucional argentina en el campo de las artes visuales». «Si me invitan a curar una muestra, lo primero que curaría serían las paredes que están rotas» observó, en clara referencia a algunos museos porteños.
Dejá tu comentario