“Felices los amados y los amantes y los que pueden prescindir del amor. Felices los Felices” es la cita de Borges que disparó a Yasmina Reza a escribir 21 relatos que proponen una cínica disección de las relaciones humanas, con un lenguaje oscilante entre lo dramático y lo grotesco. Tres de estos textos fueron adaptados por Daniel Veronese como monólogos teatrales y la intención es continuar con los restantes. La primera tríada se estrena el sábado en el Picadero vía streaming, protagonizados por Julieta Díaz, Peto Menahem y Cecilia Roth. Dialogamos con Veronese y Díaz.
Los conflictos de pareja con la mirada cáustica de Yasmina Reza
Julieta Díaz, Cecilia Roth y Peto Menahem tienen a su cargo las lecturas dramatizadas.
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Periodista: ¿Cuáles son los temas que explora Reza?
Daniel Veronese: Cada cuento tiene personajes que se relacionan entre sí, o se nombran entre ellos, con un perfil dinámico de monólogo teatral. En la mayoría de ellos termina siendo el amor, el desamor, las idas y venidas en temas de afecto, deseo y desencuentros, los lugares en donde también terminan encontrándose estos discursos. Hay comprensión de la autora de los móviles que juegan en cuestiones de parejas, ya sean matrimonios, amantes pasajeros o parejas adúlteras consolidadas.
Julieta Díaz: El tema es universal, la pareja y los conflictos en la convivencia, el desgaste, la pelea por tener razón. Los personajes son reconocibles por lo que hacen y dicen. Los tres monólogos completan una misma historia. Todos terminan teniendo un poco de razón, ese es un poco el tema, el mundo está como está porque todos creemos que tenemos razón y cada uno tiene su subjetividad. Hay una mirada piadosa de Veronese sobre el texto. Es un tetris de monólogos.
P.: ¿Cómo fueron los ensayos virtuales?
J.D.: Es raro por zoom pero cuando uno siente que el director sabe lo que quiere uno se entrega. Además tiene una mirada de lo cotidiano original. Veronese me hizo marcaciones claras, pero a la vez me permitió aportar.
D.V.: Este 2020 terminó forzándome a hacer infinitas reuniones por zoom o por meet. Algunas terminaron convenciéndome de esta nueva modalidad de encuentro rápidos desde casa, provechosos para este momento; formato que creo que seguiremos poniendo en práctica a veces cuando todo esto se termine. Pero no en el caso de los ensayos. Si bien la imposibilidad de verse cara a cara nos llevó a esta suerte de encuentros, no son modos que volvería a repetir para ensayar. Fueron, y son todavía, claro, prótesis para poder trabajar, pero su eficacia no puede competir con la forma tradicional de ensayo,.
P.: ¿Cómo es su personaje?
J.D.: Odile, que está en pareja con su marido Robert, que hace Peto Menahem y también tiene su monólogo y ahí cuenta una situación de crisis de pareja y se muestra cómo es una noche de pelea entre ellos con los hijos en el medio y cómo se resuelve. Es algo doméstico, con lo que uno puede empatizar.
P.: ¿Cómo será estar sobre el escenario sin público?
J.D.: Es la primera vez que haré una cosa así, hice teatro en vivo desde mi casa por streaming pero esta vez es teatro en el teatro y será fuerte hacerlo sin público. Creo que se intentará agregar función con público, habrá que evaluarlo.
P.:¿Qué puntos podría marcar con “Monólogos de la vagina”?
D.V.: Si mal no recuerdo eran textos leídos por actrices que iban cambiando todos los meses. Este trabajo aún no encontró un formato final, el presencial quizás cambie pautas, pero el hecho de ser lecturas dramatizadas y tener varias opciones para ir armando una grilla lo acerca bastante. Y con estos protocolos de distanciamiento, el hecho de que los actores y actrices estén solos en el escenario es favorable para trabajar más tranquilos.
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