8 de julio 2021 - 00:00

Una viuda que va más allá de la superacción

La película de la australiana Cate Shortland, con producción de la argentina Victoria Alonso y protagonizada por Scarlett Johansson.

Viuda negra. Scarlett Johansson en el papel protagónico.

Viuda negra. Scarlett Johansson en el papel protagónico.

El prólogo, que transcurre en Ohio durante los 80, muestra a una familia de espías rusos infiltrados en los Estados Unidos, la típica célula “congelada” de la Guerra Fría, que huye del país antes de ser descubierta. La fuga a Cuba es una de esas escenas antológicas de los films de Marvel, y la buena noticia es que a partir de ese comienzo, “Black Widow” sólo mejora. Igual que “Capitana Marvel”, tiene la cualidad de equilibrar las escenas de superacción -hay un escape de una cárcel rusa en medio de una alud de nieve que bastaría para recomendar la película-, con diálogos brillantes y escenas emotivas salpicadas de ironía y humor negro.

“Black Widow” no es tanto la historia del personaje de Scarlett Johansson como la reconstrucción de esa familia del prólogo, algo complicado ya que más que la típica familia disfuncional es una unión ficticia armada por la KGB a partir de una científica experta en oscuros experimentos genéticos, un padre obligado a dejar su traje de superhéroe comunista, el “Guardia Rojo” -el archienemigo de Capitán America- para convertirse en el ejemplar hombre de familia estadounidense, y las dos hijas, raptadas o compradas a sus familias de pequeñas, para formar parte del siniestro plan.

La improbable reunión familiar tiene lugar cuando la Viuda Negra está separada de los Avengers antes de los hechos de la última película del clan de superhéroes de Marvel, lo que ayuda a dar al film un clima distinto de lo que acostumbra el género. La trama sobre un antídoto que termine con el control biológico-cerebral del grupo de asesinas rusas de las que la protagonista era parte sublima temas actuales, como el de la trata de personas y la violencia de género. La explicación de la hermana de Black Widow, Florence Pugh, sobre cómo le extirparon sus órganos reproductivos en la infame “Habitación Roja” sería terrorífica si no fuera por los toques de humor macabro de los diálogos, y el exacerbado machirulismo del ex Guardia Rojo, que extraña el comunismo y canta la Internacional mientras toma vodka, da lugar a gags sin desperdicio.

La directora australiana Cate Shortland y la productora argentina Victoria Alonso (sin dudas el factótum del proyecto) demuestran que, para que una película de Marvel no dé respiro, no hace falta exagerar escenas de acción, y que es mejor un buen guión. Las actuaciones son notables, en especial la de Rachel Weiz como la madre de los experimentos oscuros, y la de Scarlett Johansson, también productora ejecutiva, que se aleja de la imagen sexy de su personaje para exhibir una profundidad pocas veces vista en una película de superhéroes.

“Black Widow” (EE.UU., 2021) Dir.: C. Shortland. Int.: S. Johansson, F. Pugh, R. Weisz.

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