2 de octubre 2025 - 09:55

Batalla campal en Merlo: golpes y corridas entre estudiantes de dos escuelas

El enfrentamiento, que había sido convocado por redes sociales, terminó viralizado por los propios alumnos en las redes sociales.

Adolescentes se cruzaron a golpes en Merlo

Adolescentes se cruzaron a golpes en Merlo

Golpes, corridas y gritos fueron protagonistas de una pelea entre estudiantes de dos escuelas ubicadas a escasos metros en la misma ciudad: la Técnica N°1 y una institución parroquial cercana. El enfrentamiento, que había sido convocado por redes sociales, terminó viralizado en videos grabados por los propios alumnos. Paradójicamente, las imágenes circularon justo el 2 de octubre, Día Internacional de la No Violencia, fecha que homenajea el nacimiento de Mahatma Gandhi.

Lejos de la pasividad, Gandhi entendía la no violencia como una fuerza activa, capaz de transformar sociedades. Hoy, esa fuerza puede traducirse en herramientas educativas que ayuden a una generación atravesada por la ansiedad, la presión social y la falta de recursos emocionales.

Violencia adolescente en una escuela de Merlo: una pelea que expone un problema más profundo

En un país donde más del 65% de los adolescentes sufrió o conoce casos de bullying, la pregunta se impone: ¿cómo abordar una problemática que se agrava dentro y fuera de las aulas? Cada vez más especialistas señalan que el camino no pasa por sanciones, sino por enseñar a los jóvenes a gestionar sus emociones a través de prácticas como la respiración consciente, la meditación y la educación emocional.

La violencia juvenil no se limita a las peleas físicas: incluye insultos, acoso psicológico, sexual o virtual. Detrás de estos comportamientos suele haber frustración no gestionada, enojo reprimido y carencias emocionales. Sin herramientas para canalizar lo que sienten, muchos adolescentes reaccionan con agresividad ante la mínima provocación.

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El enfrentamiento se dio entre alumnos de dos colegios cercanos.

El enfrentamiento se dio entre alumnos de dos colegios cercanos.

Ante esta realidad, cada vez más escuelas incorporan programas de educación socioemocional. Experiencias impulsadas por organizaciones como El Arte de Vivir enseñan técnicas de respiración rítmica y meditación adaptadas a jóvenes y docentes. Estos métodos, avalados por estudios científicos, reducen el estrés, fortalecen el autocontrol y promueven una convivencia más empática.

Los resultados son alentadores: disminuyen los conflictos, mejora el clima escolar y aumenta la autoestima de los estudiantes. Pero, sobre todo, se genera un “espacio de pausa”: ese instante entre estímulo y respuesta donde el joven puede elegir cómo actuar.

Incorporar la educación emocional no es solo una innovación pedagógica: es un cambio de paradigma. Implica reconocer que la formación integral debe incluir la capacidad de autoconocerse, calmarse y elegir con conciencia.

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