Este octubre viene con una buena noticia para quienes esperan un respiro en medio de la rutina. El 12 de octubre, Día del Respeto a la Diversidad Cultural, cae domingo, pero gracias al decreto que regula los feriados trasladables, se adelanta al viernes 10, lo que confirma un fin de semana largo en todo el país.
Confirmado: octubre tendrá un feriado y estos son 4 destinos para disfrutar una escapada de lujo en Argentina
Este 12 de octubre cae domingo y, por decreto, se traslada al viernes 10: una pausa ideal para armar un viaje distinto y tentarse con propuestas exclusivas.
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Si se busca pasar un fin de semana largo a pleno, estas 4 opciones dentro de la Argentina son ideales para ir a visitar.
La medida, contemplada en el calendario oficial, busca fomentar el turismo interno y dar margen a las escapadas de corta duración. Y como suele pasar cada vez que se acerca una fecha de este tipo, ya son muchos los que empiezan a mirar el mapa y pensar en posibles destinos.
Feriado 12 de octubre y 4 destinos imperdibles
Ante la proximidad de un fin de semana largo, no siempre debemos pensar en recorrer distancias cortas para disfrutar. En efecto, existen destinos en el país que, con tres días es posible disfrutar al máximo, claro que se trata de opciones en las que el viaje debe ser en avión para achicar tiempos. Veamos entonces, algunas opciones para disfrutar en el próximo fin de semana largo.
Neuquén: Ruta de los Siete Lagos
Una de las rutas más célebres de la Patagonia: 108 kilómetros de paisajes inolvidables entre Villa La Angostura y San Martín de los Andes. Lagos, cascadas y miradores aparecen a cada curva. Además de los siete espejos de agua principales, el camino permite llegar a Villa Traful, una aldea de montaña con casas de madera y vistas panorámicas únicas.
Quienes prefieran un viaje más activo pueden detenerse en Quila Quina, donde la comunidad mapuche ofrece campings y gastronomía local. Y para los más curiosos, un desvío hacia Villa Meliquina muestra otra cara de la región, menos transitada pero igual de cautivante. La primavera es ideal: los bosques se tiñen de verde intenso y las temperaturas son amables, lo que vuelve más fácil acampar o recorrer en bicicleta.
Mendoza: Ciudad + Alta Montaña
La capital mendocina combina vida urbana, cultura y vino. El centro sorprende con su traza ordenada y sus acequias, mientras que el Parque General San Martín se convierte en un pulmón verde para pasear sin apuro. Desde allí, la Ruta 7 abre paso a un clásico: el circuito de Alta Montaña.
La primera parada suele ser Potrerillos, con su embalse turquesa ideal para deportes náuticos. Luego aparece Uspallata, con paisajes que se usaron en películas como Siete años en el Tíbet. Más arriba, el camino conduce al Aconcagua, la montaña más alta de América, y al histórico Puente del Inca, una formación natural teñida de tonos amarillos y ocres por minerales sulfurosos.
Quienes prefieran algo más relajado pueden optar por el enoturismo en Luján de Cuyo y Maipú, donde las bodegas ofrecen degustaciones, maridajes con gastronomía local y hasta spas de vino. Una escapada que mezcla lujo y naturaleza sin tener que ir demasiado lejos de la ciudad.
Salta: Paisajes de otro planeta
Salta es un festival de contrastes. Cafayate, con su vino torrontés y bodegas familiares, es el punto de partida ideal. El recorrido por la Quebrada de las Conchas regala postales como la Garganta del Diablo y el Anfiteatro, formaciones naturales que sorprenden por su acústica y colores.
Más al sur, la Quebrada de las Flechas ofrece un paisaje árido, con formaciones puntiagudas que parecen surgir de otro planeta. Los pueblos coloniales como Cachi o Seclantás invitan a quedarse unos días, caminar sus calles empedradas y disfrutar de noches serenas con cielo diáfano.
La Cuesta del Obispo, camino sinuoso que une el Valle de Lerma con los Valles Calchaquíes, es otro imperdible. Sus curvas y miradores permiten ver desde cardones gigantes hasta cóndores en vuelo. Y para cerrar, Salta Capital brinda una mezcla de historia y modernidad, con la Catedral Basílica, el Cabildo y una gastronomía que gira en torno a las empanadas y guisos norteños.
Jujuy: Purmamarca y las Salinas Grandes
Un destino que nunca decepciona. Purmamarca, con su Cerro de los Siete Colores, es un punto de partida obligado. Sus calles de adobe, ferias artesanales y hosterías boutique lo vuelven ideal para descansar.
El circuito Los Colorados, de unos 3 kilómetros, permite rodear el pueblo con vistas privilegiadas. Desde allí se asciende por la Cuesta de Lipán, que llega a los 4100 metros: conviene mascar hojas de coca, una costumbre ancestral que ayuda contra la altura.
El recorrido culmina en las Salinas Grandes, un salar inmenso y blanco que parece un espejo en los días soleados. Muchos visitantes aprovechan para hacer fotos de perspectiva —jugando con el horizonte— y recorrer la zona junto a guías locales. Además, a poca distancia está la Quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con pueblos como Tilcara y Humahuaca que mantienen vivas sus tradiciones.
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