31 de mayo 2009 - 15:04
La Iglesia Católica publica el proceso de la Santa Inquisición contra Galileo
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Galileo Galilei
El proceso a Galilei concluyó con la reafirmación por la iglesia católica de la teoría ptolemeica-aristotélica, como declara la sentencia final.
Pagano diluyó la responsabilidad del proceso inquisitorio acusando a Galileo de haber sido demasiado enfático al afirmar la confirmada teoría heliocéntrica, en épocas en las que la disciplina clerical demandaba sumisión a la equivocada versión geocéntrica.
"En una cultura dominada por la visión de Ptolomeo, la irrupción del sistema copernicano, que venía a contradecir sistemáticamente las Escrituras, exigía de parte de Galileo un comportamiento menos apodíctico (necesariamente cierto)", dijo Pagano.
Pagano admitió que "no se puede negar la firme y drástica decisión del Papa Urbano VIII de querer el juicio y la condena, entregando las cartas y los estudios de Galileo al examen de estudiosos recelosos y no siempre a la altura" de las circunstancias.
La actitud de los católicos de la época "podía haber sido más comprensiva y elástica" ante las investigaciones de Galilei, relativizó el celador de los secretos vaticanos.
Según Orazio La Rocca, columnista vaticanista del diario romano La Repubblica, el principal inquisidor de Galilei, el cardenal Roberto Bellarmino, impidió que el astrónomo fuera condenado a muerte.
"Si nos basamos en los nuevos documentos que el Vaticano está por publicar, durante el proceso contra el científico pisano, Bellarmino escribió un documento en el que especificaba que Galilei `no es hereje`, aunque sus tesis se movían en dirección de la herejía", escribió La Rocca.
Este enfoque conllevaba que no se podía imputar al mismo Galilei la herejía de sus tesis y, por lo tanto, era lícito prohibir la difusión de sus trabajos, como ocurrió, pero no condenarlo a muerte.
La publicación de las actas del proceso y los seminarios dedicados por la iglesia católica a Galilei coronan un proceso de rehabilitación del científico que comenzó en 1846, cuando fueron excluidos del Index -la lista de libros prohibidos- los estudios vinculados con la concepción copernicana del Universo.
El impulsor de esa revisión fue el papa Juan Pablo II, quien en 1981 creó una comisión especial para estudiar el "Caso Galilei".
Presidida por el cardenal Paul Joseph Jean Poupard, esta comisión entregó en 1992 su informe final que afirmó que la condena de 1633 fue injusta porque estaba basada en una injerencia indebida de la teología y una cosmología atrasada en el campo de la astronomía.
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