Anamá Ferreira se bajó Tinder pero terminó con la cuenta bloqueada

La modelo brasileña decidió incursionar en la app de citas, pero los hombres pensaron que era otra persona usurpando su identidad. Terminó bloqueada y soltera.

Anamá Ferreira recibió el consejo de una amiga y decidió hacerle caso, así que se bajó en su celular la app de citas más conocida en el mundo, Tinder. El problema fue que los hombres lejos estuvieron de creerle que realmente fuera ella, y comenzaron a denunciar su cuenta, por lo que terminó bloqueada. La desventurada brasileña, con décadas en la Argentina, intentó luego un reclamo ante la aplicación, pero no prosperó.

Así lo contó la propia Anamá Ferreira en Teleshow, donde refirió que esto ocurrió en el momento más duro de la pandemia. “No había eventos, no podías ir a tomar un café. Y hoy si ves a alguien es con barbijo, tenés que preguntarle si está vacunado. En cuarentena, las parejas se pelean. ¿Y las solteras qué hacemos? Nos peleamos con nuestros perros”, bromeó.

Según narró, descargó la aplicación y creó su perfil con sus datos personales, eligió qué fotos mostrar, y esperó a ver qué sucedía. La repercusión, dice, fue tremenda: tres mil personas quisieron interactuar con ella. El problema es que no sucedió como ella realmente esperaba.

“Me hablaron, pero dudaban de que realmente fuera yo. ¿Sos Anamá Ferreira? Anamá no necesita estar acá. No sos ella. Estás usando sus fotos”, fueron algunos de los mensajes que recibió en esos momentos.

El tema es que, a diferencias de otras veces, esta vez Anamá Ferreira sí era Anamá Ferreira. Sin embargo, por la cantidad de denuncias sobre su perfil, las autoridades de Tinder decidieron que se estaba usurpando una identidad y le bloquearon la cuenta.

Indignada, Anamá intentó comunicarse vía mail para solicitar la reactivación, pero no hubo caso ya que desde la aplicación tampoco le creyeron.

“Nos tomamos muy en serio las infracciones de nuestras políticas y no ofrecemos un proceso de apelación en este momento", le respondieron, lapidarios. Si la hubieran escuchado hablar su particular portuñol, seguramente hubieran caído en que, efectivamente, se trataba de Anamá Ferreira.