Agentes policiales realizan peritajes en el auto en que viajaban
la hija de un jefe policial y su novio. Vivieron una verdadera
odisea.
La hija de un jefe policial y su novio fueron asaltados ayer en el barrio de Caballito por dos delincuentes que los llevaron cautivos dentro del auto y que, finalmente, fueron detenidos cuando robaban en la casa del joven después de que la chica se arrojó del vehículo en movimiento y denunció el caso a la Policía. Los detenidos son un adolescente de 15 años y un joven de 23, quienes fueron apresados cuando salían de un departamento en Caballito como final del raid delictivo.
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El caso comenzó en las primeras horas de la madrugada, cuando una joven de 27 años, hija del jefe de la Superintendencia Federal de Bomberos de la Policía Federal, se hallaba junto con su novio dentro de un Volkswagen Polo color gris. Se trata de Maitena Herrán -oficial mayor de la Cámara Civil y Comercial de La Matanza e hija del comisario general Vicente Marciano Herrán-, quien se encontraba junto con su novio Patricio Guillermo Waddle, de 24 años.
La pareja se estaba despidiendo dentro del auto en la puerta de la casa de la chica (en Caballito), cuando fue sorprendida por dos delincuentes armados que se subieron al vehículo y se los llevaron cautivos. Teniéndolos ya como rehenes, pidieron sus tarjetas y emprendieron la marcha hacia cajeros automáticos con el fin de sustraer dinero.
Cuando los delincuentes iniciaron su marcha, la hija del jefe policial se arrojó del vehículo en movimiento y, luego de llamar a su padre, se dirigió a la Comisaría 40ª para radicar la denuncia. A partir de ese momento, la Policía comenzó a rastrear a los delincuentes.
Los ladrones continuaron con su raid delictivo, ya que siguieron en el auto -junto con el novio de la chica- y lo llevaron a recorrer varios cajeros automáticos, donde realizaron dos extracciones por un total de 800 pesos.
El auto se quedó sin GNC y los delincuentes, luego de preguntarle donde vivía, resolvieron abandonar el vehículo y subieron a un taxi -siempre con el muchacho de rehén- para que lo dirija hacia su domicilio particular para consumar un robo.
Desde la Comisaría 40ª, la chica llamó al celular de su novio. Atendió uno de los delincuentes que le dijo que si quería volver a verlo, juntara 2.000 dólares.
Como consecuencia de esa extorsión, se convocó a la División Antisecuestros y al fiscal federal de turno, Alberto Di Lello, quien ante un eventual secuestro dispuso de inmediato la intervención de las líneas telefónicas de la familia del joven.
Finalmente, los delincuentes llegaron al domicilio de Waddle, donde, tras dominar a sus familiares, intentaron llevarse dinero, electrodomésticos y alhajas.
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