22 de junio 2025 - 00:00

Una pizzería con historia que celebra al barrio, la familia y la amistad en el corazón de Villa Pueyrredón

La Casa Blanca de Habana, la emblemática pizzería de Nazca y Habana, regresa con horno a leña, recetas artesanales y un menú que fusiona espíritu porteño y técnicas napoletanas.

Con alma nostálgica y espíritu renovador, La Casa Blanca de Habana vuelve a ser un punto de encuentro en Villa Pueyrredón.

Con alma nostálgica y espíritu renovador, La Casa Blanca de Habana vuelve a ser un punto de encuentro en Villa Pueyrredón.

En un rincón icónico de Villa Pueyrredón, donde las memorias del barrio todavía se respiran con fuerza, La Casa Blanca de Habana resurge como un homenaje al sabor, los afectos y la historia. Tras décadas de ser un punto de encuentro para vecinos y familias, el local de Nazca y Habana fue recuperado por Walter García Díaz y Martín Coiro, amigos de toda la vida, que decidieron reabrir esta pizzería mítica bajo una premisa clara: honrar el pasado con una mirada actual y artesanal, sin perder la calidez de lo cotidiano.

La Casa Blanca de Habana - Cartel de neón de salón.png
El diseño mezcla lo nostálgico con materiales nobles y modernos.

El diseño mezcla lo nostálgico con materiales nobles y modernos.

Reinaugurado en septiembre de 2024, el proyecto combina estética nostálgica con espíritu renovador. El salón conserva íconos del antiguo local (como el cartel original y las viejas pizzeras que ahora cuelgan como lámparas), pero se aggiorna con un diseño que mezcla cerámicas ilustradas, materiales nobles y detalles modernos. El resultado es un ambiente acogedor y luminoso, con mesas tanto en el interior como en la vereda, donde la atención es cercana, relajada y atenta.

La Casa Blanca de Habana.jpg
Masa madre, fermentación lenta y alioli casero como sello de autor.

Masa madre, fermentación lenta y alioli casero como sello de autor.

En el corazón de la cocina (visible desde el salón) se impone un horno de piedra 100% a leña, construido a medida y alimentado con quebracho blanco y rojo. Allí, el fuego marca el ritmo de una propuesta artesanal: las pizzas se cocinan en tiempo real sobre una masa de fermentación lenta (48 horas), con masa madre y harina tipo napoletana, logrando una base liviana, crocante y de borde desarrollado, coronada con un distintivo toque de alioli casero. Todo esto sucede frente a los ojos del comensal, de la mano de un equipo de trabajo comprometido con cada detalle, encabezado por el chef Alejo Medina, pieza clave en la interpretación fiel y cuidada de cada receta.

La Casa Blanca de Habana - Horno a leña.png
Las pizzas se cocinan en horno a leña con quebracho blanco y rojo.

Las pizzas se cocinan en horno a leña con quebracho blanco y rojo.

La carta abre con opciones para compartir, ideales para el tapeo informal: pan de pizza con alioli casero, porciones de fainá con toppings originales (como cebolla caramelizada o tomates confitados), y el inconfundible lehmeyún de la casa, una receta familiar con base de carne especiada, queso y vegetales, que rinde tributo a la cocina armenia. Todo es artesanal y se prepara en el momento. El corazón de la propuesta está en sus pizzas de 30 cm, que amalgaman técnicas napoletanas con sabores porteños y que se sirven en dos estilos (tradicionales y especiales), combinando aspectos clásicos con elementos creativos, sin perder el eje porteño.

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Hay opciones tradicionales, gourmet, veganas y sin TACC.

Hay opciones tradicionales, gourmet, veganas y sin TACC.

Entre las primeras figuran la napolitana, la fugazzeta rellena, la cuatro quesos y la de mozzarella con aceitunas negras. Las especiales, en cambio, despliegan variantes audaces y mezclas gourmet: stracciatella con calabaza asada y hongos; mortadella con ricotta, maní tostado y pesto de albahaca; bresaola con crema de ajo y almíbar cítrico con picor, y la pizza azul con cebollas caramelizadas y de verdeo. Además hay versiones veganas y sin TACC, elaboradas en horno convector, siempre priorizando la frescura y la trazabilidad de cada producto.

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Un ambiente acogedor y luminoso donde disfrutar de una buena pizza.

Un ambiente acogedor y luminoso donde disfrutar de una buena pizza.

El capítulo dulce también tiene su sello distintivo. La torta de ricota de la nona Elena, servida con mandarinas confitadas a la leña, es un emblema de la casa, así como el budín de pan con masa madre, dulce de leche y crema. Para acompañar, hay bebidas sin alcohol, cervezas, vinos por copa o botella, y una carta de cócteles clásicos. Pero el diferencial está en su propia etiqueta de moscato joven, Momenti, disponible solo y también en dos tragos frescos: el Moscatoni, con Sprite y limón, y el Momenti Spritz, con agua tónica.

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El moscato Momenti se sirve solo o en versiones como el Moscatoni.

El moscato Momenti se sirve solo o en versiones como el Moscatoni.

La Casa Blanca de Habana no es sólo una pizzería: es un proyecto afectivo, cultural y gastronómico que recupera un ícono barrial para hacerlo brillar de nuevo. Con atención a los detalles, respeto por la tradición y una apuesta decidida por lo artesanal, este renacimiento demuestra que los clásicos, cuando se hacen con pasión y autenticidad, nunca pasan de moda.

Dirección: Nazca 4301, Villa Pueyrredón.

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