Washington (EFE, Reuters) - El Congreso de los EE.UU. analiza dar a las fuerzas armadas responsabilidades policiales, lo que está ahora prohibido por ley, aunque republicanos y demócratas tienen importantes diferencias en torno a las funciones del proyectado Departamento de Seguridad Nacional, una megaoficina que quiere impulsar George W. Bush para combatir el terrorismo en territorio estadounidense.
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Según la ley, las fuerzas armadas están bajo control civil y no pueden participar en labores de arresto, búsqueda, confiscación u otras tareas policiales. El director de la Oficina para la Defensa del Territorio, Tom Ridge, reconoció que la iniciativa no encontrará muchos adeptos «porque va en contra de nuestros instintos como nación».
Sin que haya comenzado aún el debate sobre el asunto, el senador demócrata Carl Levin dijo a la cadena CNN que respaldaría la idea sólo si se trata de dar a los militares un papel de apoyo -no protagonista-, para las autoridades policiales. Con él coincidió Joseph Biden, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado. Si bien dijo que el plan debe ser considerado, «no estamos hablando de extender los poderes policiales» a los militares.
En tanto, el presidente George W. Bush exhortó nuevamente al Congreso a que apruebe cuanto antes el Departamento de Seguridad Nacional, dándole la flexibilidad y herramientas necesarias para que «los asesinos de sangre fría» sean llevados ante la Justicia.
Desde un laboratorio nacional en Argonne (Illinois), que desarrolla tecnología contra ataques nucleares, químicos y biológicos, repitiendo casi palabra por palabra sus últimos discursos, Bush promovió de nuevo la reorganización más extensa del gobierno federal desde 1947, argumentando que éste debe adaptarse «al nuevo mundo en que vivimos».
Cuando quedan pocas semanas para el receso legislativo de agosto, verano en el Hemisferio Norte, Bush urgió al Congreso a que deje de lado sus pugnas internas y se enfoque en respaldar estos esfuerzos, intentando crear la nueva dependencia antes del 11 de setiembre, aniversario de los ataques.
• Presupuesto
El nuevo ministerio consolidaría las funciones de más de un centenar de agencias federales, incluiría a unos 170.000 empleados y tendría un presupuesto inicial de poco más de 37.000 millones de dólares.
Así, el Departamento de Seguridad Nacional incorporaría bajo un mismo techo a aquellas agencias federales encargadas de la defensa del territorio nacional, incluyendo la Guardia Costera, el Servicio de Aduanas, el Servicio de Inmigración de Naturalización (INS) y la Administración Federal para la Gestión de Servicios de Emergencia (FEMA), un aumento de burocracia que no respeta la tradición del partido republicano, pero que es aceptado en sus filas en aras de la lucha «contra el mal». En un tono agradable para los oídos de su partido, Bush aduce una «dispersión de autoridad» y «un desperdicio de recursos vitales».
Se prevé que la Cámara de Representantes podría alcanzar el número suficiente para aprobar la norma esta semana.
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