Evo, incompetente en el conflicto de Cochabamba
Evo Morales desató duendes que ahora le resultan inquietantes. Tal vez se haya dado cuenta de que el proceso de cambio que dice encarnar (revolución, él preferiría) es imposible en medio del caos. Por eso, si inicialmente alentó a los militantes ubicados más a su izquierda a ensayar golpes contra gobernadores opositores, ayer dio marcha atrás. La situación en Cochabamba se le fue de control, con grupos ultras que declararon un «gobierno revolucionario» allí y ya no le obedecen. Ayer los desautorizó. Teme que sus presiones se terminen volcando contra su propio gobierno.
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Desde hace más de diez días indígenas, cocaleros y mineros piden la salida de Reyes Villa por haber propuesto un referendo autonómico, a lo cual se opone el presidente Morales. Pero las protestas buscaban que el gobernador dejara en manos del Consejo de Administración -una suerte de legislatura regional-la facultad para designar a su sucesor. En medio de esa agitación, los radicales degeneraron el cabildo hasta juramentar a un gobierno regional de facto.
El ex guerrillero Tiburcio Herradas Lamas, conocido como «Comandante Loro», líder de un grupo irregular autodenominado Ejército Dignidad Nacional (EDN), se puso a la cabeza del departamento, lo que generó una ola de rechazo desde el gobierno de Morales hasta los departamentos ( gobernaciones).
«Decimos en forma transparente que grupos radicales han sobrepasado a la dirigencia (cocalera y campesina) en el cabildo», deploró Contreras al tiempo de exculpar a los cocaleros que ya « están retornando a sus comunidades y no se ha destituido en ningún momento al señor Reyes Villa».
El influyente vicepresidente, Alvaro García Linera, ratificó que el gobierno «ha definido, definió antes y seguirá definiendo respeto de los resultados y la elección de las autoridades democráticamente elegidas».
Mientras, Reyes Villa, que temeroso de regresar a su ciudad oscilaba entre Santa Cruz y La Paz, insistió en que no dimitirá a pesar de la presión y violencia desatadas en su distrito.
Con todo, aceptó la idea de Morales de someterse a un referendo revocatorio como modo de salir de la crisis.
El gobierno, en tanto, lo instóa retornar lo antes posible a Cochabamba y reasumir sus funciones.
Según analistas, para el gobierno es importante apoyar a Reyes Villa pues comprende que la presión vía movilizaciones y cabildos sobre prefectos opositores podría cobrarun efecto de búmeran contra el mismo primer mandatario.
Según el prefecto opositor de Santa Cruz, Rubén Costas, «estaría en riesgo la misma Presidencia de la República» si legitima tal procedimiento antidemocrático de censura de la gestión pública.
«Si allá (en Cochabamba) se juntaron 30.000 personas, acá en Santa Cruz (en un cabildo proautonómico en diciembre) hubo un millón que determinaron que en el momento en que se dé un golpe como se está queriendo hacer con el prefecto Reyes Villa o el prefecto José Luis Paredes (en La Paz), en ese mismo momento se demandaría» la eventual renuncia del primer mandatario, dijo Costas.
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