Polonia: confirman la victoria de Komorowski como nuevo presidente
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Y como presidente del Parlamento, su trabajo principal desde el año pasado consistió en mediar entre el gobierno y la oposición. La "concordia" fue su eslogan de campaña.
Antiguo anticomunista radical y luego funcionario del Estado, es un defensor del ingreso de Polonia a la Unión Europea (UE), a diferencia de muchos de sus rivales, que pusieron el acento en las relaciones con Estados Unidos.
Sus primeros viajes después de asumir tendrán como destino Bruselas, Berlín y París. Católico pero enemigo del fundamentalismo, no se opone a la inseminación artificial ni al aumento de la participación femenina en la política.
El mandatario electo es un estrecho colaborador del primer ministro Donald Tusk, al que debe buena parte de su ascendente carrera.
Tusk renunció a competir por la presidencia, allanando el camino a su candidatura, la que empezó a tomar forma luego de que asumiera la jefatura de Estado interinamente tras la muerte del gemelo Kaczynski en un accidente aéreo.
Duro opositor al régimen comunista, el historiador Komorowski fue co-fundador del partido Solidaridad, de Lech Walesa, en 1980, y tras el establecimiento de la ley marcial en 1981, pasó casi un año en prisión.
Y por tener prohibido el ejercicio de su profesión, tuvo que dedicarse a dar conferencias en seminarios teológicos para mantener a su esposa Anna y sus cinco hijos.
En 1989 aceptó la transición pacífica y se convirtió en funcionario, concentrándose en la política de defensa, donde tejió buenas alianzas con los altos mandos militares rusos.
Entre 1990 y 1993 fue el primer civil en ocupar el Viceministerio de Defensa. Más tarde fue presidente del Comité de Defensa del Parlamento y posteriormente, entre 2000 y 2001, ministro de esa cartera.
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