19 de julio 2025 - 00:00

Una pyme familiar de electrodomésticos celebra sus 78 años con expansión regional y productos sustentables

La cordobesa Codini fue fundada en 1947 por un hijo de inmigrantes italianos en el patio de su casa. Hoy la preside su nieto y tiene 12% del mercado nacional.

Javier Codini, nieto del fundador y actual presidente de la empresa de electrodomésticos Codini.

Javier Codini, nieto del fundador y actual presidente de la empresa de electrodomésticos Codini.

No hay muchas empresas que puedan mostrar una continuidad de 78 años desde su fundación y que todavía conserven en el mando a un familiar de su fundador. Este es el caso de Codini, una compañía fabricante de electrodomésticos que fue fundada en septiembre de 1947 por el hijo de inmigrantes italianos José Francisco Codini en la localidad de San Francisco, Córdoba.

José fabricó de manera artesanal el primer lavarropas en el patio de su casa, en esa ciudad agroindustrial. Y así plantó el primer mojón de la compañía, que hizo un largo y eficiente recorrido: hoy está al mando de uno de sus nietos, Javier Codini, y participa con un 12% del mercado de electrodomésticos en Argentina.

Aunque el apellido familiar sigue al frente de la empresa, hubo en los últimos años una profesionalización en todos los escalones intermedios. Así consolidó un modelo de negocio que combina la venta a través de hipermercados y grandes cadenas de electrodomésticos (B2B) con la venta directa al consumidor a través de plataformas digitales y una tienda online propia (B2C).

Ahora, las expectativas están puestas en consolidarse como uno de los tres principales fabricantes de electrodomésticos en Argentina, retomar las ventas a mercados internacionales y continuar desarrollando nuevos productos bajo las nuevas reglas de un mercado cada vez más exigente en materia de calidad e innovación.

En este marco, la empresa renovó también sus objetivos en materia de sostenibilidad y responsabilidad social. Y presentó recientemente su nuevo “Bio Secarropas”, fabricado 100% a partir de plástico reciclado, aprovechando más de 30 toneladas de desechos de sus propios procesos de producción.

En una entrevista con Ámbito, el actual presidente de la compañía, Javier Codini, recordó la historia de la empresa iniciada por su abuelo, las sucesivas crisis económicas que tuvo que superar para mantenerse en pie y también analizó la coyuntura económica actual, con precios en baja y apertura importadora: “Si bien somos fabricantes por naturaleza, no vamos a fabricar productos con los que no tenemos posibilidad de competir”, aclaró.

Periodista: ¿Qué momentos recuerda de la historia de la empresa familiar?

Javier Codini: Mi abuelo era un hombre muy inquieto, que reparaba máquinas cosechadoras en San Francisco. Y visitaba distintos lugares, en las casas, los campos. Así se dio cuenta que un problema que tenía la gente era lavar la ropa. Se lavaba a mano y se perdía un montón de tiempo.

Así tuvo la idea de armar una lavadora automática. Hacía todo con las herramientas que tenía a mano, y equipos de polea y correa como para poder asemejar el movimiento del vaivén de un lavarropas.

En el techo de la casa de mi abuelo se hacía la parte de fundición de aluminio para hacer los conos de los ejes de los lavarropas. Era todo muy artesanal. Y no tenían descanso sábado ni domingo.

Con el tiempo, sus dos hijos, mi padre y mi tío, empezaron a trabajar con él y trataron de industrializar un poco los procesos. Y sumaron algunas máquinas un poco mejores, aunque siguen siendo rudimentarias en comparación con lo que conocemos hoy.

Armaban entre 40 y 50 lavarropas al mes. Y los vendían por la zona. Los cargaban en un auto, como podían y salían a repartir su producción.

Codini Planta
La planta de Codini está en San Francisco, Córdoba.

La planta de Codini está en San Francisco, Córdoba.

Cuando muere mi abuelo, mi padre y mi tío empezaron a trabajar con lavarropas a mayor escala. Pero no era simple hacerlos en serie y por eso buscaron otros productos más sencillos. Y empezaron a hacer calefones eléctricos. Eran unos tachitos de acero inoxidable de 12 litros, con una resistencia, que se ponían en las duchas de las casas y con eso se bañaban.

Tiempo después mi padre y mi tío decidieron disolver la sociedad. Y mi padre se dedicó a concretar su sueño de hacer producciones más grandes. Y así aparecieron el secarropas y el ventilador de techo. Le dio un enfoque más profesional, con más gente, y apuntando a una expansión regional y nacional.

En 1996 más o menos compró una planta que había pertenecido a Fabricaciones Militares y la pudimos transformar en nuestra fábrica, que hoy tiene 20.000 m2 cubiertos, utilizados a pleno para la fabricación de productos para el mercado nacional e internacional.

P: ¿Cómo van ajustando los diferentes tipos de productos que fabrican?

JC: Nos vamos acomodando al esquema que nos imponen los cambios que se van dando en el país. Nuestro core fueron siempre los secarropas y los lavarropas semiautomáticos. Hoy en la planta estamos haciendo esos dos productos, más un horno de 46 litros, un horno de 70 que está por entrar ahora, estamos haciendo lavarropas automáticos de 6 kilos, y ventiladores de techo.

Y tenemos un portafolio mucho más grande de productos, algunos son ensamblados, otros son importados. Nos vamos transformando de acuerdo a lo que podemos hacer en el mercado nacional.

El alma nuestra es fabricante, pero bueno, tenemos que ir haciéndolo en función de lo que el mercado nos permite. O más que el mercado, lo que cada gobierno nos permite hacer.

P: ¿Cuál fue la crisis económica más difícil de enfrentar para la empresa?

JC: La de 2001, me parece que fue la peor. Yo estaba iniciándome y en esa época fue muy difícil, porque tuvimos, inclusive en los años anteriores, deflación, similar a lo que vivimos en estos últimos meses. Yo era vendedor y tenía que buscar nuevas fuentes de ingresos en el mercado y visitar a los clientes. Y las cadenas me decían que volviera el mes siguiente, que seguramente me iban a comprar más barato el mismo producto. Así debuté en las ventas.

Y hoy sucede algo parecido, si bien la compañía tiene otro nombre, otra estadística, otra cantidad de productos vendidos, que nos ayuda a amortiguar esto. En los últimos meses bajó 20% el precio de venta al público de un lavarropas.

P:¿Bajó por caída de la demanda o porque también los costos bajaron?

JC: Parte y parte. Un poco bajó la demanda. Pero la oferta creció, ahora hay muchos más jugadores dentro de este mismo escenario. La oferta es mucho más agresiva y las rentabilidades bajaron mucho. Estamos todos tratando de ver cómo termina de desgranarse este año toda esta cantidad de políticas que venimos teniendo.

Siempre decimos como fabricantes que nosotros somos capaces de hacer lo mismo que hace todo el mundo, simplemente que tenemos que tener las condiciones, o nos tienen que ayudar con las condiciones para poder hacerlo.

P: ¿Cómo se regionalizaron y cómo están hoy en cuanto a alcance geográfico?

JC: Hoy estamos trabajando en todo el país, fuimos creciendo con las distintas cadenas. Hoy le vendemos prácticamente a todas, más los grupos de compras, participamos en Marketplace, tenemos nuestra propia tienda online también. En 1995 llegamos a exportar a Brasil 20.000 productos, que en esa época era una cantidad importante. También hemos exportado a México, a Italia y a Paraguay.

Pero no todo depende de nosotros. Las políticas de gobierno hacen que puedas o no competir a nivel nacional o internacional. En aquel momento las políticas no habían dejado que pudiéramos competir a nivel internacional porque los costos argentinos eran muy caros con respecto a nuestros pares de Brasil y ni hablar al respecto de China. Entonces, ahí nos enfocamos mucho más al mercado interno.

Hoy estamos intentando otra vez volver a salir al mercado internacional, tenemos ventas incipientes a Bolivia y estamos en conversaciones con Paraguay y Brasil.

P: ¿Cómo influye en esto el tipo de cambio?

JC: Yo no creo que la posición cambiaria sea determinante. Creo que lo que determina el valor de lo que podamos hacer es el costo interno que tengamos de producto. Todo lo demás creo que pasa a segundo plano. Que el dólar esté a 1.400 o 1.600 pesos puede mejorar algo, pero no es lo que define. Lo que define es el costo interno que tenemos nosotros para producir dentro del país.

P: ¿Qué estén pensando en volver a exportar implica que hay mejores condiciones ahora?

JC: Sí, las condiciones están mejorando. Estamos muy expectantes con las diferentes políticas para ver si podemos tener menos costos ocultos dentro de la empresa. Costos que me parece que no suman valor a la producción nacional para poder salir a competir al exterior.

Ya abrimos nuestra propia trade en Uruguay también, para tener otra alternativa de expansión regional, que es lo que estamos intentando hacer. Estamos trabajando fuertemente para que el 2026 sea un año mejor que el 2025. Siempre trabajamos para que el año siguiente sea mejor que el que estamos transitando.

Lo que no hacemos es ir contra la corriente. O sea, si bien somos fabricantes por naturaleza, no vamos a fabricar productos con los que no podemos competir, digamos. Siempre intentamos, nuestro espíritu es siempre fabricar, pero en lo que podemos ser competitivos.

Codini Planta 2
Proceso de producción en la planta de Codini.

Proceso de producción en la planta de Codini.

P: ¿Cómo fue el proceso de profesionalización de la compañía?

JC: Siempre contamos que cuando mi padre murió hace dos años o tres años, con mis tres hermanos nos encontramos con la necesidad de saber cómo hacer para que la empresa pueda seguir hacia adelante sin que haya algún Codini manejando la parte operativa. Entonces, decidimos profesionalizar la empresa.

Hoy tenemos a una persona que está pensando en la estrategia corporativa. A alguien que está trabajando en costos. Un director comercial, un jefe de operaciones, un gerente de calidad, un gerente de logística. Son por lo menos 15 profesionales que han trabajado en multinacionales o empresas nacionales de mucho más volumen que el nuestro que incorporamos recientemente para que nos traigan su know-how.

P: ¿Qué cantidad de gente tienen trabajando en la fábrica?

JC: Somos 230 aproximadamente. Eso va mutando. Pero entendemos que vamos a mantener todo nuestro personal. La política que tenemos este año es tratar de seguir creciendo. Con respecto al año pasado, hubo un crecimiento de producción, en volumen, de aproximadamente un 40% en el primer semestre. El año pasado hicimos algo así como 200 mil productos y este año vamos a trabajar por encima de los 300 mil. Incorporamos pavas eléctricas también, que también las estamos fabricando nosotros en nuestra planta.

P: ¿Ese aumento en volumen de producción también implica un aumento similar en ventas?

JC: Sí, es directamente proporcional. Ahora estamos tratando de ver cómo hacemos para bajar la cantidad de stock que tenemos acumulado. Hasta el año pasado se trabajaba con mucho stock. Hoy la verdad es que entendemos que a nivel nacional los stocks pueden ser más manejables. No aspiramos al just-in-time puro, pero sí tendiendo a tener 30 o 40 días de stock. Hemos llegado a tener hasta 6 meses de stock dentro de la planta.

Con los insumos importados es más complicado hacer eso, porque no manejamos algunos detalles de qué pasa algo en el puerto, qué pasa con el proveedor. Eso nos podría cortar la cadena de suministro, que es lo que no queremos que ocurra.

P: ¿En qué consiste el bio secarropas que lanzaron hace poco?

JC: Eso es parte de tratar de reconvertir una ineficiencia que teníamos dentro de la empresa con nuestra inyección de plástico, que hizo que se juntaran muchos residuos. Teníamos 30 toneladas de plástico acumulado en un galpón. Entonces dijimos ¿qué hacemos con todo esto? ¿Lo vendemos o lo tratamos de incluir dentro de la política de responsabilidad social, mediante la integración de todo este material reciclado dentro de un producto? Entonces empezamos a llamar a distintos proveedores para ver qué alternativa teníamos. Surgió la idea de hacer un producto totalmente reciclado, pero tenía que tener el aval de la seguridad del producto. Y decidimos hacer con ese material 100% reciclado los materiales de este biosecarropas.

Luego a esto le sumamos más componentes reciclados, no sólo la parte exterior del producto. Hicimos la etiqueta con papel reciclado y pusimos un código QR para descargar el manual de usuario sin usar papel.

Y seguimos trasladando esta política a todos los demás productos que hacemos. Hoy el 30% del plástico que usamos para fabricar nuestros productos es reciclado.

También trabajamos con el cartón que viene de los embalajes de los productos que llegan, con los plásticos de los productos que llegan también a la empresa de parte de los proveedores.

P: ¿Y esa posibilidad de reciclar material que antes se descartaba implica menores costos de producción?

JC: Al contrario, tiene un costo mayor porque tenemos que mandar a reciclar el plástico, pagar el transporte, gente que lo recicla y traerlo otra vez a nuestra planta y volver a usarlo para fabricar. O sea, ya lo fabricamos una vez, salió mal, lo volvemos a reciclar y lo volvemos a fabricar.

Pero el precio final del producto es el mismo. Lo consideramos una devolución a la sociedad que hace Codini como parte de su política de responsabilidad social.

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