24 de abril 2022 - 00:00

Los desafíos para la prevención de fraudes en tiempos de digitalización masiva

El desarrollo de nuevas herramientas digitales nos ha simplificado mucho nuestra vida cotidiana, sin embargo, al mismo tiempo se requiere responsabilidad. Hay que tomar conciencia del valor de nuestra información personal y de la creciente necesidad de cuidarla.

Las estafas más comunes en la banca consisten en convencer a la víctima para que entregue su información personal.

Las estafas más comunes en la banca consisten en convencer a la víctima para que entregue su información personal.

Por Paula Geosits

Transcurrieron más de dos años desde aquel inicio de 2020 en el que una nueva pandemia tomó al mundo por sorpresa y, observando en retrospectiva, hemos notado cómo nuestra vida cotidiana se vio afectada en todos los aspectos. Cambiaron nuestras formas de trabajo, de relacionamiento, de consumo, nos volvimos más “digitales” y, como consecuencia, el contexto fue más atractivo para los ciberdelincuentes y sus formas de operar.

La necesidad de mantener distancias y operar en forma remota, aceleró considerablemente el desarrollo de las tecnologías de la información y afectó directamente nuestra necesidad de uso de herramientas digitales, dando lugar a nuevas modalidades de fraude y ciberdelito. Durante los períodos de pandemia y postpandemia, se registró un crecimiento del 300% en ciberdelitos a nivel mundial y, si hablamos puntualmente de nuestro país, el incremento es de un alarmante 3000% en materia de fraudes, estafas bancarias y robos de claves, según datos del informe de fraude digital en banca 2021 realizado por BTR Consulting y la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (UFECI). Entre las modalidades más utilizadas por ciberdelincuentes, se encuentran el robo de datos personales, de claves de acceso a onlinebanking, de datos de tarjetas de crédito, o la toma de control de redes sociales que posteriormente se usa como disparador de otro tipo de fraudes.

En lo que respecta a entidades bancarias, las estafas más comunes son aquellas que se llevan a cabo mediante la ingeniería social, esta consiste en convencer a la víctima para que entregue su información personal, sin que se percate de ello. Los estafadores arman un contexto específico en el que simulan ser personal bancario para solicitar información sensible, casi siempre con urgencia y bajo la amenaza de que si la persona no sigue los pasos solicitados, perderá su cuenta o deberá afrontar costos extraordinarios. Contactos por redes sociales, llamadas telefónicas, correos electrónicos o sitios web que imitan la estética de los originales, suelen ser los canales más comunes para engañar al usuario y hacerse de esos datos. Existen, además, usuarios especialmente vulnerables, como personas mayores con bajo conocimiento de las herramientas digitales o jóvenes que estén realizando sus primeras operaciones. Es por eso que, desde nuestro lugar, trabajamos continuamente para robustecer las medidas de seguridad de todas nuestras plataformas, pero sin lugar a dudas, la mejor herramienta de prevención es la educación.

En muchas ocasiones, el usuario desconoce las numerosas maneras en las que puede haber comprometido su información personal, pero desde perder de vista la tarjeta con la que se abona en un comercio, hasta el ingreso de datos en un sitio web para participar de un sorteo, pueden ser amenazas reales a las que debemos prestar atención. A través de nuestros canales, advertimos constantemente sobre estas modalidades, realizamos fuertes campañas de concientización, como también charlas orientadas a adultos mayores, y migramos sus operaciones a nuestra App Jubilados, mitigando así posibles focos de fraude. Avanzamos en el desarrollo de sistemas de seguridad más potentes, a la vez que los ciberdelincuentes trabajan para vulnerarlos, por tal motivo, es fundamental acompañar con información para el usuario y alertarlo constantemente sobre estos peligros.

El desarrollo de nuevas herramientas digitales nos ha simplificado muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, sin embargo, al mismo tiempo se requiere responsabilidad. Ante un proceso de digitalización masiva que no se detiene, es cada vez más importante tomar conciencia del valor de nuestra información personal y de la creciente necesidad de cuidarla para que, de esa manera, la revolución digital no nos encuentre desprevenidos.

Gerente de Riesgos No Financieros en Banco Supervielle

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