12 de junio 2021 - 00:00

Buenas prácticas en empresas para el Día del Padre: ¿Cuáles son y cómo implementarlas?

Como sociedad asumimos que el cuidado no es una actividad principal para los varones, y por lo tanto no se lucha para lograr que cuenten con ese derecho: derecho al cuidado.

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Se acerca el día del padre, y nos ofrece la oportunidad de reflexionar qué significa ser padre hoy. Si realizamos una lista de tareas que describirían resumidamente lo que se esperaba de los padres, la mayoría podrían estar asociadas a la autoridad: marcar los límites de lo permitido o no, poner un orden, proveer la experiencia de lo público (como practicar un deporte) y sostener los mandatos sociales. Por supuesto que no todas estas tareas eran exclusivas de los padres, pero es lo que se esperaba de ellos. Como vemos se asociaba el cuidado a un lazo más cercano a la “protección” que al desarrollo de un lazo profundo. Sin embargo, cada vez más, esta imagen de padre ya no condice con aquello que los varones quieren representar. Padres amorosos, preocupados por el bienestar emocional de sus hijos/as, atentos al día a día, están cada vez más presentes.

Pero, para generar y promover estas paternidades más cuidadas, más activas, se requiere de tiempo: para llevar los hijos/as a la escuela, para ir a una reunión de familias, para acompañarlos/as a una fiesta de cumpleaños o un turno médico, para escucharlos/as y estar atentos de sus tareas, sus zooms, sus actividades extra-escolares. Y lamentablemente, si hay algo que los varones no tienen y no se les asigna fácilmente, es este tiempo. Como sociedad asumimos que el cuidado no es una actividad principal para los varones, y por lo tanto no se lucha para lograr que cuenten con ese derecho: derecho al cuidado.

En la Argentina, la licencia de paternidad es de 2 días, en los que se espera que genere un lazo con su hijo/a al igual que la madre, que tiene 90. Esta falta de tiempo asignado a los varones impacta también en la percepción que se tiene de ellos en sus trabajo: donde al no estar legitimado ni apoyado el cuidado de parte de ellos, no se ve bien que se tomen horas para cuidar.

Veamos el impacto de esto en Argentina: en un contexto sin pandemia 13% de los varones con hijos a cargo, dicen que cuidan, mientras que el 83% de las mujeres cuidan. Otro dato interesante: independientemente de la cantidad de hijos/as en el hogar los padres están insertos en el mercado laboral en la misma medida, lo que no sucede con las mujeres, que a mayor cantidad de hijos/as en el hogar, menos son las que están insertas laboralmente. Esto se debe a que el mandato a proveer es más fuerte que el mandato de cuidar.

Si hay algo que ojalá hayamos aprendido de la pandemia, es que los varones asumieron en mayor medida su rol de cuidado, sobre todo en los hogares de niveles socioeconómicos medios: donde el 78% de los varones con hijos/as, además de trabajar, también cuidan (encuesta Grow, 2020).

En este sentido es clave la participación activa de las organizaciones en instalar políticas que promuevan la corresponsabilidad: que habiliten a los padres a cuidar todos los días. Que no se asuma que detrás de ese varón hay siempre una mujer a cargo de todo. Para ello, es imperante extender las licencias de paternidad para que igualen a las de las mujeres, promover horarios flexibles y trabajar en la transformación cultural: todos los varones de la organización deberían sentirse libres de tomarse este tiempo y dedicárselo a sus hijos/as. De esta manera no solo dejaremos de asumir quienes cuidan, sino también cómo se conforman hoy, en el 2021 las familias.

(*) Grow, género y trabajo

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