17 de septiembre 2008 - 00:00

"No pasó lo peor de la tormenta"

El especialista en mercados internacionales que se escuda bajo el seudónimo de Gordon Gekko -el protagonista de la película «Wall Street»- aseguró que las tratativas sobre una posible intervención de la Fed en la aseguradora AIG todavía no concluyeron. Además, indicó que no estuvo mal la decisión de ayer de mantener las tasas. «Es una señal de fortaleza en plena situación de fragilidad. Es mejor así que conceder una baja de apuro que denote desesperación», dijo.

No pasó lo peor de la tormenta
PERIODISTA: Es prematuro declarar que la tormenta amainó. Pero se percibe un alivio notable.

Gordon Gekko: Como cuando el huracán Gustav, a último momento, esquivó a Nueva Orleans.

P.: Pudo ser un choque peor.

G.G.: De seguro va a ser peor. A la par, el huracán Ike está juntando fuerzas.

P.: ¿Lo dice por AIG?

G.G.:
Lehman sólo bastaría para que el bote zozobre.

P.: AIG es un pez más gordo. Controla una cartera de activos 60% más voluminosa.

G.G.:
Todo suma. No se olvide que, como la principal compañía de seguros del mundo, y siendo muy agresiva, AIG vendía protección que se adosaba a una multitud de instrumentos financieros.

P.: ¿De dónde surge este inesperado alivio?

G.G.: El efecto impacto, inmediato, de la caída de Lehman fue más atenuado que lo que se temía.

P.: ¿No lo considera un «lunes negro»?

G.G.: Fue terrible. Pero no se produjo un apagón. El mundo funciona. A precios visiblemente más bajos, pero funciona. Considerando la magnitud del shock, es un balance muy positivo.

P.: Que dista de ser definitivo.

G.G.: Desde ya. Nadie canta victoria.

P.: No se esperaba que un remanso de calma asomara tan rápido.

G.G.: La versión que da cuenta de una posible intervención de la Fed en la estructura de capital de AIG alentó un mejor ánimo.

P.: ¿A la manera que se hizo con Fannie Mae y Freddie Mac?

G.G.: Tal cual.

P.: ¿Tiene asidero?

G.G.:
¿Cómo saberlo? Que las autoridades participan en la búsqueda de una solución contra reloj es una verdad comprobable. Timothy Geithner, el mandamás de la Fed de Nueva York, hoy (por ayer) no formó parte de la reunión de la Reserva en Washington. Votó su reemplazante. El estaba ocupado en resolver lo de AIG. Y no descarto que la alternativa esté desplegada, junto con otras, sobre la mesa.

P.: No se ayudó a Lehman para no alimentar el riesgo moral. ¿Se girará de posición tan abruptamente, un par de días después, para rescatar a AIG?

G.G.: Hasta ahora, sabemos que la respuesta es no. Pero las tratativas no concluyeron.

P.: La Fed decidió mantener las tasas de fed funds sin cambios. ¿Le pareció acertado?

G.G.: No estuvo mal. Es una señal de fortaleza en plena situación de fragilidad. Es mejor así que conceder una baja de apuro que denote desesperación. Pero lo relevante es asegurarse que la tasa efectiva de fed funds no suba.

P.: Tuvo picos por encima de 6%. ¿Cómo se explica?

G.G.: La demanda de dineroexplotó. Es natural en circunstancias críticas.

P.: No recuerdo una brecha tan pronunciada. La referencia oficial es 2%...

G.G.: Hay que hacer memoria, también, para reconoceren paralelo una situación crediticia tan exigente. Con tantos potenciales cadáveres de fuste que danzan en la pasarela.

P.: La Fed inyectó u$s 70.000 millones, el lunes, y remachó con otros u$s 50.000 millones ayer. No son cifras pequeñas. ¿Quién absorbe tamaña infusión?

G.G.: El efectivo es el talismán del momento. Cash is king. Los bancos lo acumulan por si las dudas. El Tesoro emitió u$s 28.000 millones en letras, el lunes, y se las arrancaron de las manos a una tasa apenas superior a 1%. Hay que amarrocar liquidez. La experiencia de AIG enseña que no se puede salir a buscarla de urgencia. Puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. Nadie puede garantizar que tendrá acceso al mercado interbancario máxime cuando se desconoce cómo afectará el desarme de las posiciones de Lehman. El «quién es quién» de la banca es hoy un boceto condicional.

P.: Ya se conoció que un fondo del mercado monetario -Reserve Primary- quebró la regla del dólar. Sus activos, golpeados por la exposición a commercial papers y notas de Lehman, no alcanzan para mantener la paridad.

G.G.: Y éste, créame, es el daño más trivial posible. La mera exposición lineal. Los centavos por dólar que se pierden en el valor de los pagarés de Lehman se traspasan a las cuota partes del fondo. No es el fantasma que quita el sueño.

P.: Merrill Lynch, gracias a la determinación de su conductor, John Thain, esquivó la suerte de AIG, la vindicta en la plaza pública. Pero hay dudas sobre la fusión con Bank of America. ¿Por qué pagar tanto?

G.G.: Se sabe un poco más sobre los detalles que rodearon la transacción. En apariencia Thain tuvo un fin de semana sumamente activo. Contactó a Goldman Sachs y a Morgan Stanley. Se habría explorado la alternativa de una venta parcial -9,9% del paquete- a Goldman o una fusión, lisa y llana, con Morgan Stanley. De ser así, uno puede entender que Bank of America, fiel a su estilo impulsivo (ya mostrado con la compra de Countrywide Financial), haya precipitado la operación con un precio difícil de mejorar.

P.: ¿Cree que prosperará?

G.G.:
Pienso que requerirá un ajuste de condiciones. Como ya sucediera con Countrywide. El precio actual de Merrill cotiza con un descuento de 13% con respecto al valor que surgiría del canje. Así que tal vicisitud está contemplada.

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