“¡La calmamos a Lilita y ahora se desborda Patricia!, decía enojado un conspicuo miembro del macrismo aludiendo a la siempre mediática socia-titular del ARI, Elisa Carrió, por un lado, y a la presidenta de su propio partido, Patricia Bullrich, por el otro. Es que el nuevo aniversario de la Fundación Libertad realizado en Buenos Aires, tras dos años sin encuentros por la pandemia, volvió a desatar la interna feroz, a pesar de los muchos encuentros previos y de los teóricos esfuerzos de la conducción formal (e informal) por aplacarlos.
No cesan las internas en la oposición
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Lo cierto es que, las mesas prácticamente coptadas por miembros del PRO, fueron testigos y participes de las diferencias que se mantienen entre las principales figuras: el propio Mauricio Macri que con sus ambigüedades (“pretensiones de gran elector”, sostienen algunos), que alimenta la grieta; el que era el sucesor al cargo máximo, Horacio Rodríguez Larreta, y la exministra, y ahora titular del partido, Bullrich, que se siente en carrera para pretender, al menos, la precandidatura presidencial.
Ahí, en el complejo Goldcenter de Parque Norte, entre sorprendidos y aburridos, los principales invitados: el Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti, fueron incómodos y mudos testigos de una interna “impúdica”, como calificó uno de los presentes. Por supuesto que esta brecha genera expectativas en las filas del oficialismo que tiene esperanzas de “cerrar” sus diferencias antes que los opositores, todo con miras a las presidenciales del 2023.
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