10 de junio 2020 - 00:00

Firman acuerdos de confidencialidad y ya proyectan nueva oferta en la SEC

Se habría incorporado en la negociación un cupón atado a las exportaciones por el temor del Gobierno de ofrecer un instrumento vinculado al PBI y la demanda de dólares que genera el crecimiento.

Martín Guzmán

Martín Guzmán

Imagen: Wikipedia

El Gobierno y los grupos de acreedores firmaron nuevamente ayer los denominados acuerdos de confidencialidad o non-disclosure agreement (NDA, según las siglas en inglés). El objetivo, según fuentes oficiales, es calibrar la nueva oferta que hará el ministro Guzmán, y que buscará ser de común acuerdo. Mientras dure el pacto de confidencialidad, los fondos de inversión no pueden negociar hacia afuera ni compartir la información. El Gobierno trabaja por estas horas para presentar la que sería su tercera oferta de restructuración de deuda. Si bien hay fuentes que aseguran que se avanza a buen ritmo y que incluso podría adelantarse esto al día viernes, en el equipo del ministro no quieren confirmarlo por temor a dar un paso en falso.

En rigor, el lunes se vencen los plazos. Ahí se abren dos opciones: se puede extender la oferta que está vigente -la primera que se presentó-, es decir extender el plazo, o tomar el otro camino que es hacer una enmienda, es decir, modificar la oferta original.

Fuentes cercanas a la negociación señalan que hubo una segunda oferta, informal y no presentada ante la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) y que tampoco tomó estado público, que fue rechazada por los acreedores. En los últimos días el Gobierno trabaja ya en la tercera que, de presentarse la enmienda, entonces habilitaría a correr un período legal de 10 días para cerrar esa oferta. Es decir que, al entrar esas dos opciones, extensión o enmienda, la disyuntiva es sencilla.

El dato que tomó cuerpo en las últimas horas -y que Ámbito anticipó- es que podría ofrecerse un cupón atado a las exportaciones agrícolas, en lugar del clásico cupón atado al PBI. Esto es así porque en el Gobierno consideran que no debería ligarse el crecimiento económico (que usualmente demanda dólares por consumo y actividad industrial) a un mayor desembolso de divisas para repagar deuda. En lugar de eso se pensó en atar ese cupón a las exportaciones.

Las dudas en torno de si se puede llegar a un acuerdo antes de la fecha del 12 de junio están instaladas. En rigor, si bien otros tenedores de bonos eran reacios a aceptar un acuerdo de confidencialidad (ya que esto implica restricciones comerciales y no podían participar de la subasta de los Credit Default Swaps), en Economía señalaban anoche que prácticamente el grueso de los acreedores aceptó la confidencialidad, lo que daban como una buena señal.

A partir de ahora, nuevamente, las partes buscarán llegar a un acuerdo que le permita a Economía asegurarse de que, de presentar una nueva oferta, podrá alcanzar el número necesario que cierre esta fase de la reestructuración.

En los últimos días se negoció tomando en cuenta el Valor Presente Neto (VPN) a una tasa de descuento del 10%, lo que decantó en estimaciones que arrojaban fórmulas cercanas a los 50 centavos por dólar. A eso se agregaron algunos trascendidos como que, por ejemplo, serían mínimas o nulas las quitas de capital. Al mismo tiempo se sumaron otros detalles que aún no han sido confirmados. Uno de los elementos que se había solicitado de parte de los acreedores era algún cambio en el período de gracia (de tres podría pasar a dos años). También se aventuró que algunas modificaciones podrían aparecer en los pagos que se activen luego de 2024.

J. G.

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