24 de agosto 2005 - 00:00

Más allá de una lectura de Vico

Más allá de una lectura de Vico
Alberto Mario Damiani, «Domesticar a los gigantes. Sentido y praxis en Vico» (Rosario, UNR Editora, 2005; 410 págs.)

La irónica parábola de Diógenes Laercio ridiculizando a Tales de Mileto que, sumido en sus meditaciones, cae a un pozo, tiene pese a su fama innumerables casos que la contradicen. Nicolai Hartmann escribiendo su Estética bajo la lluvia de las bombas aliadas, ejemplifica cómo el filósofo es capaz de cumplir con su tarea aun dentro de un pozo.

Al igual que el metafísico alemán, Alberto Damiani pertenece al contumaz y olímpico grupo de hombres que, en medio del caos social, se atreven a pensar intemporalmente (el libro que comentamos está escrito entre cacerolazos y presidentes que se suceden a diario).

«Domesticar a los gigantes»
es el sugerente título que el autor ha elegido para su tratado sobre la filosofía política de Vico. Sospechamos que su trabajo esconde también una valiosa meditación sobre la crisis civil de su propio país, al que parecen aludir algunas sentencias: «cuando las conciencias se vuelven inciertas respecto de la legitimidad de las instituciones, las instituciones se vuelven ineficaces para gobernar a los hombres y los hombres se vuelven incapaces para gobernar sus pasiones».

Desde la altura que Vico le permite alcanzar, Damiani contempla los orígenes del mundo civil, donde el temor y la mitología son actores principales.

Las causas de las instituciones, según el napolitano, son las ideas, y las primeras ideas son las figuras míticas; el conocimiento del mundo civil se conseguiría a través de una interpretación de los mitos que ponga de manifiesto su génesis históricosocial.

La Scienza Nuova descubre en la capacidad humana de crear mitos el tronco del que derivan la moral, la economía y la política. A semejanza del niño que cree en aquello que imagina, los hombres se constituyen socialmente por medio de «universales fantásticos», de «caracteres poéticos» que conforman una «metafísica poética». Política y mito, imaginación y poder se presentan por vez primera, impúdicamente apareados; Vico desnuda todo el imaginario social y político moderno. Su poderosa inteligencia no se limita al análisis de la barbarie original, carente de reflexión, sino que describe la « barbarie de la reflexión». La conclusión de Damiani sobre este punto parece aludir también al entorno social en el que fue concebido su libro: «Los autores del mundo civil ilustrado son capaces de reconocer la fuerza de los compromisos asumidos en las asambleas y los tribunales, después de que se hayan evaluado críticamente los argumentos de las partes. Cuando la 'lengua vulgar' pierde su poder persuasivo sobre los autores del mundo civil ilustrado, éstos son presa de la barbarie de la reflexión, que les impide confiar en la palabra ajena, y les exige desconocer el bien común. La desaparición del poder persuasivo de la palabra transforma las ciudades en selvas».

Aunque nuestro filósofo no hace referencia alguna a su patria o a la influencia de Vico sobre sus padres fundadores, puede hacerse una digresión. En los orígenes mismos de nuestra nacionalidad, la Scienza Nuova, traducida al francés por Michelet, fue una de las lecturas claves de Alberdi, López y Mitre, entre otros.

Domingo Faustino Sarmiento
, basándose en Vico, interpretó a su infantil nación bajo la fórmula «civilización y barbarie». El prócer entendió que los pueblos se gobiernan de manera mitológica y no racionalmente; por lo que toda la obra sarmientina fue dedicada a la creación de una mitología fundacional; desvirtuada primero por la generación del ochenta, y finalmente destrozada por la mitología de carácter populista, aún reinante.

En definitiva, el libro comentado puede no sólo servir de introducción al creador de la filosofía de la historia, si no también alentar una reflexión más amplia sobre la génesis y dramático desarrollo de nuestra patria; mal que le pese, al buen
Diógenes Laercio.

Dejá tu comentario

Te puede interesar