Un arte que ya no tiene restricciones
Espectáculos
Fabio Kacero, artista que se resistió a explicar su obra al jurado del Nación, actitud comprensible dado que no se trata de la ilustración de ninguna teoría que justifique un discurso, presenta uno de los trabajos más interesantes. Una estructura acolchada con la apariencia fría y distante de un envoltorio que seduce con su cáscara, aunque la ausencia de contenido es explícita.
Sin embargo, las reflexiones sociopolíticas no se extinguieron totalmente, y así lo demuestra la obra de Graciela Sacco en Diana Lowenstein, artista que trabaja el deseo, el hambre y la exclusión social como tema. Su instalación de cucharas con una boca abierta grabada en cada una de ellas crea un clima desestabilizador. Como el que logra al montar un espacio casi en penumbras con cortinas cerradas de estilo «veneciano» color marfil, que sobre su superficie, y en sutiles tonos ocres, ostentan fotografías de extrema violencia tomadas de los periódicos.
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