22 de agosto 2000 - 00:00
"X-MEN"
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Patrick Stewart es Xavier, un sabio mutante que lidera una escuela para jóvenes superdotados, eufemismo de los chicos con poderes y capacidades especiales: telekinesis, telepatía, absorción de energía, control sobre los fenómenos meteorológicos y muchas más variantes que en algunos casos, a diferencia del cómic, apenas se muestran en forma lateral. Sir Ian McKellen (el anciano ex criminal nazi de « El aprendiz», que en la Argentina sólo se vio en video), es su archienemigo mutante Magneto, que pretende los mismos objetivos con métodos más drásticos.
Hugh Jackson es un mutante marginal (puede regenerar sus heridas y convertir sus dedos en navajas, al mejor estilo Freddy Krueger) que deambula por el mundo sin sospechar que pronto será una pieza clave en la hermética lucha entre ambos bandos. El elenco incluye tres beldades mutantes, Halle Berry (rubia y tormentosa), Famke Janssen (que a diferencia de sus papeles habituales es una buena chica con habilidades paranormales) y Anna Paquin, que de niña nominada al Oscar en « La lección de piano» muta a sufrida adolescente con terribles poderes que le impiden besar a sus galanes.
Pero uno de los puntos fuertes de «X-Men» es que a diferencia de la tendencia actual, dura poco más de 90 minutos, y para conformar a la horda de fanáticos de la historieta con este tipo de rigor, la duración tendría que haberse estirado al menos una hora adicional.
El lado bueno de este resumen es que la película no da pausa, y en cada escena tiene algo contundente que ofrecer, ya sea acción, suspenso, situaciones fantásticas psicodélicas, efectos especiales de primer nivel, decorados increíbles, o todo eso junto.
El lado no tan bueno es que la trama nunca despega del todo, y por momentos los sólidos elementos ya mencionados parecen tratar de evitar que el público se dé cuenta de que está mirando el piloto de la serie de TV mejor filmado de todos los tiempos. La última escena enfrenta a los dos mutantes veteranos en un juego de ajedrez que no deja dudas sobre la preparación de una segunda parte, que en este caso tiene grandes posibilidades de ser un producto más completo que éste.
En todo caso, los hallazgos de Singer son muchos y variados, y más allá de la imperfección del conjunto, «X-Men» tiene todo para alcanzar un culto tan grande como el del cómic que la inspiró.
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