La NASA reveló un gran avance científico: las muestras analizadas del asteroide Bennu que lograron llegar a la Tierra gracias a la misión OSIRIS-REx, contienen todos los componentes necesarios para formar ARN (ácido ribonucleico) y ADN (ácido desoxirribonucleico), un resultado que podría redefinir lo que se sabe hasta ahora del origen de químico del cuerpo celeste.
La NASA detectó los componentes para formar vida en un asteroide cercano a la Tierra
Estas señales ya estaban disponibles en el Sistema Solar desde hace miles de millones de años.
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La NASA confirmó el hallazgo de todos los compuestos esenciales para la vida en un asteroide
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Bennu es un asteroide cercano a la Tierra que forma parte de la familia de los llamados objetos potencialmente peligrosos, no porque represente una amenaza inminente, sino porque su órbita pasa relativamente cerca de la de este planeta.
Después de que la agencia espacial estadounidense recibiera las muestras de este asteroide que abarca una antigüedad estimada de 4.500 millones de años, los expertos comenzaron a estudiarlas en detalle para comprender mejor cómo pudo haberse formado el sistema solar en sus primeros momentos.
Los científicos también encontraron glucosa, un material polimérico desconocido y una abundancia poco común de polvo de supernova. Además, tras la difusión de varios artículos sobre Bennu, la NASA confirmó que, por primera vez, se identificaron “azúcares esenciales para la biología” dentro de las muestras observadas. Estos compuestos representan una fuente clave de energía para la vida porque pueden unirse a nucleobases y fosfatos ya detectados.
Si bien estos compuestos orgánicos no equivalen a vida, los ingredientes contienen una base que permiten que exista. Es decir, moléculas que, combinadas en el entorno adecuado, pueden dar origen a estructuras más complejas.
De qué se trata el asteroide Bennu
Bennu es un asteroide cercano a la Tierra que forma parte de la familia de los llamados objetos potencialmente peligrosos, no porque represente una amenaza inminente, sino porque su órbita pasa relativamente cerca de la de este planeta.
Tiene un diámetro de, aproximadamente, 500 metros y una composición rica en carbono, lo que lo convierte en un objetivo ideal para estudiar materiales que se formaron en las etapas más antiguas del Sistema Solar.
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