26 de junio 2020 - 08:24

¿Qué pasó en Wirecard? La UE pidió investigar el mayor escándalo financiero alemán

La compañía de pagos en línea, declarada en quiebra, está en el centro de un vasto fraude de más de u$s2.200 millones.

La empresa alemana que emplea a 6.000 personas anunció su quiebra el jueves.

La empresa alemana que emplea a 6.000 personas anunció su quiebra el jueves.

AFP

La Comisión Europea pidió a los supervisores europeos una investigación preliminar sobre la gestión del caso de la compañía de pagos en línea Wirecard por la autoridad de supervisión alemana.

En la misiva enviada a Steven Maijoor, presidente de la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas en inglés), Bruselas pide un "análisis preliminar" para el 15 de julio.

Sospechosa de inflar sus cuentas con fondos ficticios en Filipinas, la empresa alemana que emplea a 6.000 personas anunció su quiebra el jueves.

El gobierno alemán denunció un "escándalo sin precedentes en el mundo de las finanzas" y anunció un endurecimiento de los controles en este sector, aún poco vigilado.

El vicepresidente de la Comisión Europea Valdis Dombrovskis aseguró al diario Financial Times que la investigación debe determinar "si hubo fallas de supervisión y, en caso afirmativo", estudiar "una posible línea de acción".

En virtud de los resultados de esta investigación preliminar, podría haber posteriormente una investigación completa que finalice con un informe de la ESMA que enumere las deficiencias y recomiende soluciones a la autoridad alemana BaFin.

Wirecard está en el centro de un vasto fraude de cerca de 2.000 millones de euros (unos u$s2.240 millones).

"Un escándalo de este tipo debe ser una señal de alarma que demuestre que necesitamos más controles", declaró el ministro de Finanzas, Olaf Scholz.

El gabinete que auditaba la empresa, EY (Ernst & Young), rechazó certificar sus cuentas de 2019, y denunció "índices claros" de "un fraude de gran envergadura que implica a varias partes e instituciones en el mundo, con el objetivo de engañar" a los servicios fiscales.

El caso recuerda al del gigante del sector de la energía Enron en Estados Unidos, que a principios de los años 2000 cayó en la ruina tras haber falsificado sus cuentas.

Frente a los 17.000 millones de euros que valía la empresa en su mejor momento, Wirecard pesa apenas unos cuantos centenares de millones de euros en la actualidad, y su acción cotizaba a apenas 3,53 euros (unos u$s5) en la bolsa de Fráncfort.

La prensa alemana ha denunciado desde principios de junio la colaboración de todo el sistema financiero en el caso. Ni las instituciones encargadas de controlar, ni la agencias de calificación, ni los auditores, bancos ni compañías inversores sospechaban aparentemente nada, a pesar de que Wirecard utilizaba miles de millones de euros de ahorristas para sus operaciones fraudulentas.

Wirecard operaba como una empresa de cambio, efectuando transacciones para aerolíneas, agencias de viajes, farmacias en línea. Para sus operaciones cobraba una comisión, en calidad de prima de riesgo.

Pero desde 2015 ese modelo suscitaba rumores de fraude, y el año pasado el Financial Times mencionó esas sospechas.

La empresa presentó suspensión de pagos y reconoció "amenazas de insolvencia y sobreendeudamiento".

El ex presidente de la sociedad, Markus Braun, acusado de haber aumentado artificialmente el volumen de negocios, fue acusado de fraude esta semana, y está en libertad bajo fianza.

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