11 de febrero 2004 - 00:00
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Lógicamente que los primeros beneficiados fueron los productores, que hasta ese momento estaban pasando uno de los peores momentos. Y en evidencia queda este beneficio, viendo los precios que hoy tiene la yerba mate.
Antes de existir el instituto, la hoja verde de yerba se la pagaban a los productores 3 a 4 centavos el kilo. Hoy esa misma yerba la cobran a 25 centavos.
Algo similar ocurre con la yerba mate canchada. Antes valía 13 centavos y hoy los productores cobran alrededor de 95 centavos por kilo.
De esta forma, se fue recuperando el sistema productivo en chacra, primordial para una provincia como Misiones.
También el blanqueo que generó el estampillado obligatorio de la yerba mate hizo que existieran fondos operativos para poder crear -hoy en desarrollo- una obra social específica para este sector.
Se debe considerar también que todo lo que sea transparencia y blanqueo trae beneficios para la mayoría de los partícipes de la cadena comercial yerbatera y de los gobiernos, quienes, así, tienen la certeza de poder cobrar los impuestos correspondientes, sin riesgos de evasión.
Lectura
Cabe destacar que los industriales todavía no ven con buenos ojos el funcionamiento e injerencia que tiene el INYM en el negocio yerbatero, porque lógicamente han perdido el poder regulador de precios del mercado que antes tenían sobre los productores.
Pero en las filas de los productores y funcionarios misioneros se entiende que el tiempo demostrará que con el actual sistema, en definitiva, serán mayores los beneficios -que los perjuicios- para todos los componentes del sector yerbatero.
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