9 de julio 2001 - 00:00
El Azem explora las formas del ornamento
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El fenómeno de aislamiento que lleva el signo de la subjetividad se concreta en una instalación: un cubo en medio de la sala, donde por medio de un juego de espejos el espectador queda inmerso en un juego de colores y formas abstractas que lo envuelven totalmente. «Las artes decorativas basadas en series repetitivas de un 'pattern' son anteriores al arte pictórico -señala El Azem-, y no existe cultura que carezca de ellas. Los patrones son una forma rítmica del arte con una justificación que acaso posee un significado místico y simbólico al que no tenemos acceso, pero podemos percibir.»
Lo cierto es que los diseños egipcios, árabes, franceses y chinos, caprichosamente intercalados con los de la propia artista, ofrecen al visitante la posibilidad de sumergirse en una dimensión estética tranquilizadora. La precisa reiteración de las formas puede ser vista como un homenaje a las artes decorativas, rejerarquizadas internacionalmente en la década de los noventa, pero además, permite complacer la necesidad elemental de regodearse en la belleza.
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