"Messi10" no es sólo virtuosismo circense sino que apunta directo al corazón

Destinado no sólo los fans del fútbol y del diez de la selección argentina sino a los amantes del circo y el arte, se trata de un espectáculo que pone las acrobacias y el riesgo al servicio del folklore de estadios y la parafernalia enfocada, más que en el fútbol, en Messi.

"Messi 10", el espectáculo homenaje del Cirque du Soleil. 

El Cirque Du Soleil siempre se caracterizó por lo puntilloso de su arte, la destreza y el virtuosismo desplegado como un mecanismo de relojería. Sin embargo, con el estreno de “Messi10” anoche en el Complejo al Río de Vicente López, la apuesta se redobla, ya que se fusionaron esa perfección acrobática, la estética y la emoción.

En todos los shows del Cirque se asiste al encuentro con los mejores acróbatas del mundo que, con cronometrados movimientos, motorizan el concepto de cada espectáculo, con una estética cuidada hasta el último detalle. Nunca falta el humor, de la mano de los payasos siempre presentes en los momentos precisos, pero la emoción no es algo característico del circo, que acaso se identifique en momentos de bellas melodías pero no mucho más.

En cambio “Messi 10” brindó todo eso junto, destinado no sólo los fans del fútbol y del diez de la selección argentina sino a los amantes del circo y el arte, en un espectáculo que pone las acrobacias y el riesgo al servicio del folklore de estadios y la parafernalia enfocada, más que en el fútbol, en Messi.

Con un escenario que emula una cancha de fútbol, arcos que entran y salen en diferentes momentos, las pelotas suspendidas en el aire caen de golpe desde el cielo e impactan o se mueven en enigmáticos movimientos sobre el suelo. El payaso, en este caso español, hace las veces de árbitro, conversa con el público, lo divierte con gags de humor blanco y se vale del silbato, las tarjetas y frases como “Qué mirá bobo” para divertir a la platea.

Los diferentes números circenses transcurren entre pantallas HD colgantes y rectangulares, que suben, bajan y muestran imágenes de Messi en sus diferentes etapas. Sus logros, derrotas, caídas, sus penales, goles, el esfuerzo y dar la vida por un objetivo hasta llegar a la cima. Ese es el leit motiv del show, “Hay un héroe dentro de cada uno”, en línea con el espíritu naif y optimista del Cirque.

En cuanto a lo circense asociado a la vida de Messi, no faltaron los acróbatas volando por los aires, con arneses y otros subiendo y bajando por mástiles, para recordar la disciplina y el esfuerzo de los entrenamientos. Uno de los puntos más altos estuvo en el ingreso de dos camilleros que asisten a un jugador lesionado, que es en realidad un contorsionista capaz de girar desde torso a cabeza 180 grados. Lo que transmite este atleta es único y la platea queda impresionada por su elasticidad.

El equilibrio que tuvo que lograr Messi para llegar a donde llegó se ve en el número del equilibrista haciendo toda clase de proezas sobre una cuerda de cara al abismo, aunque su fuerte no fue la extrema altura sino la capacidad de pararse de cabeza sobre esa cuerda, entre muchas otras hazañas.

El fanatismo por el fútbol de videojuego aparece con una chica jugando a la playstation, en el momento más cibernético del show, que trae una extraña máquina gigante y un acróbata desafiándola. El interrogante: ¿Quién gana? ¿Messi o la máquina? ¿O Messi es en rigor una máquina?

En la antesala, hay juegos para patear pelotas y una estructura con un arquero gigante que ataja casi todo, otros juegos para embocar la pelota y demás atracciones que hacen de este show algo verdaderamente especial, sobre todo para el público argentino. A ese le dedican canciones reconocibles de artistas locales como Dread Mar I. Sin embargo, en una proyección del show se ven diferentes testimonios de fans de Messi de todo el mundo, lo que vuelve a confirmar su alcance mundial y lo que el astro es capaz de despertar en el público. Las entradas para octubre están agotadas y quedan para noviembre. Parten de los 14.500 pesos y se aconseja llevar víveres ya que un cono chico de papas fritas cuesta 2000 pesos. Y eso es lo más económico que se podrá encontrar.

No falta el número de diábolos, los acróbatas saltando disfrazados dentro de un león dorado y las corografías multitudinarias que conforman bellas imágenes, todas asociadas al deporte, la competencia, el compañerismo y el juego en equipo. Hacia el final, el Messi que hace jueguito desde el principio ya no está solo y convive con el resto, en un cierre colorido a toda fiesta. Antes de ese final sonó el himno “Muchachos” de La Mosca, con bombos, papelitos y dos camisetas gigantes desplegadas a lo largo de las tribunas, para recordar la victoria del último mundial de Qatar.