1 de octubre 2021 - 00:00

Contra reloj, Estados Unidos evitó el cierre de la administración; urge ahora resolver el tope de la deuda

El Congreso prorrogó hasta diciembre el actual Presupuesto, apenas horas antes de su expiración. Las discrepancias entre los demócratas hacen peligrar también los megaplanes de gasto de Biden.

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Washington - El Congreso de los Estados Unidos aprobó ayer, contra reloj, una extensión temporal del Presupuesto, lo que evitó que hoy quedaran paralizados los servicios públicos federales por falta de fondos.

El texto de ley, aprobado primero por el Senado y luego por la Cámara de Representantes tras una compleja negociación bipartidaria, prevé una prolongación del actual Presupuesto, que vencía anoche, hasta el 3 de diciembre, y tuvo respaldo de republicanos además de los demócratas de Joe Biden, quien luego debió promulgar la norma.

“Este es un buen resultado; estoy feliz”, expresó el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer.

Con las dificultades que enfrenta el presidente Biden para aprobar sus megaproyectos de gastos sociales e infraestructura y el potencial incumplimiento de obligaciones por parte de Estados Unidos si el Congreso no aumenta el techo de la deuda antes del 18 de este mes –lo que, de n ocurrir, desataría el primer “default” de la historia del país–, el cierre o “shutdown” –cierre– de la administración pública lucía como el menor de los problemas.

“El tiempo es limitado, el peligro es real”, remarcó ayer Schumer en relación con el próximo problema urgente: la deuda del Tesoro.

Los republicanos rechazan dejar en suspenso el límite de emisión de deuda pues consideran que sería un cheque en blanco para el Gobierno de Biden. Por eso dejaron la decisión en manos de los demócratas, que deberían apelar a sus propios votos para aprobar esta medida a través de una maniobra parlamentaria que podría tomar tiempo.

Disidencia

Entre los legisladores que recorren más frecuentemente la avenida Pennsylvania, entre el Congreso y la Casa Blanca, se encuentran los senadores demócratas Joe Manchin y Kyrsten Sinema. Ese dúo, apodado “Manchema”, es clave para desbloquear los programas de gastos multimillonarios del presidente para consolidar la recuperación económica en la pospandemia.

Los republicanos rechazan el plan de inversiones de Biden, pero el mayor problema del presidente está dentro de su propio partido.

Pugna

Básicamente, hay dos proyectos de ley enormemente ambiciosos en espera de votación. Uno, el menor, por alrededor de un billón de dólares en gastos de infraestructura y otro, por 3,5 billones, destinado a temas como educación, cuidado de niños y cambio climático, que se pretende financiar a través de aumentos de impuestos a las corporaciones y a los más ricos.

Manchin y Sinema se niegan, hasta ahora, a respaldar el proyecto social, con lo cual no sería adoptado por el Senado. Y el ala izquierda de los demócratas en la Cámara de Representantes no votará el proyecto de ley más pequeño, el de infraestructura, a menos que estén seguros de que el más grande también se aprobará.

Si los demócratas no pueden unirse, ambos proyectos, la credibilidad política de Biden y cualquier esperanza de mantener al Congreso en manos demócratas en las elecciones de mitad de período del próximo año, podrían esfumarse.

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