Hace una semana comenzó la mayor revolución popular contra el gobierno cubano desde que Fidel Castro asumió el poder en 1959. Las manifestaciones comenzaron San Antonio de los Baños y se extendieron a diferentes ciudades protestando por la falta de atención al COVID, la presencia de una vacuna cuestionada --como la Soberana 2--, la escases de jeringas, la mala situación económica agravada por la pandemia y, principalmente, por la acumulación de años de falta de libertades y abusos a los derechos humanos.
¿Es una invasión de Estados Unidos la única salida para Cuba?
Para el autor "los cubanos tienen dos salidas: una es una revolución popular tan masiva que supere los avances de las fuerzas militares, otra es la intervención internacional de algún país que se anime a derrocar la dictadura y reinstalar el estado de derecho".
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El movimiento San Isidro, un grupo de artistas e intelectuales comenzaron con las protestas en el 2018, pero fueron ganando fuerza y la difusión del último video “patria y vida” --en oposición al viejo lema castrista “patria o muerte”--, tuvo 6 millones de vistas en Youtube.
Volviendo un poco en la historia, vale la pena recordar que Fidel Castro llegó con su “revolución” derrocando a un dictador militar llamado Fulgencio Batista. De la mano de Castro llegó el comunismo y su falta de libertades, en un claro ejemplo de cómo la extrema izquierda y la extrema derecha pueden ser exactamente lo mismo.
Se podría argumentar que la igualdad social y beneficio común son algunas de las características positivas del socialismo. Pero si dicho socialismo se basa en la privación de libertades, pasa a ser a un comunismo militar dictatorial de derecha.
Fidel Castro, quien falleció en noviembre del 2016, había abdicado a nombre de su hermano Raúl en el 2008, casi 50 años posterior a su asunción. Y éste fue sucedido en el 2019 por el mejor súbdito de los Castro, Miguel Diaz-Canel.
Los Castro, Miguel Diaz-Canel, al igual Hugo Chavez y Nicolás Maduro en Venezuela, centraron su discurso en contra del imperialismo yankee, como base para culpar al enemigo de las miserias propias.
Fidel Castro siempre sufrió el embargo económico de parte de Estados Unidos debido a que, al asumir, confiscó todos los bienes de ciudadanos norteamericanos en la isla. Dicho embargo fue suplido por la asistencia económica de la Unión Soviética, que incluso imponía que los niños cubanos aprendan ruso en la escuela.
Con la caída de la URSS en 1991, Cuba se vio sometida a un “período especial” del cual nunca se recuperó. Tiene acuerdos comerciales con algunos países como España, México y Canadá, pero la presión estadounidense es muy fuerte. Su mayor fuente de ingresos proviene de los dólares que envían los familiares que viven en Miami, pero ahora el régimen cubano prohibió el uso de dólares.
La historia más reciente dice que enel año 2016 se vislumbraba una salida social al conflicto cubano: Barak Obama viajó a la isla con la idea de que el bloqueo comercial no había dañado al gobierno cubano, sino a sus ciudadanos y que una apertura económica podría beneficiar a la población. Luego llegaría el momento de solicitar una democratización.
Dicho viaje y apertura a los Castro fue tomado como una traición a los desertores cubanos residentes en Miami y, al poco tiempo, Donald Trump retrocedió dicha apertura e incluso presionó más aun al gobierno cubano. Finalmente, el COVID terminó por sepultar la industria turística que tanto rédito aportaba hasta el momento.
¿Cómo acabar con el régimen castrista? El hecho que Cuba sea una isla convierte el poderío gubernamental aún más férreo. La única forma de escapar es por intermedio de una precaria balsa, donde muchos han fallecido en su intento. El control de la isla es absoluto y los que no están de acuerdo con el régimen, van presos. La represión del ejercito sobre una población, más el corte de internet para que no se escapen noticias permite que el control del gobierno comunista sea total.
Basado en eso, los cubanos tienen dos salidas: una es una revolución popular tan masiva que supere los avances de las fuerzas militares, otra es la intervención internacional de algún país que se anime a derrocar la dictadura y reinstalar el estado de derecho.
El único país con posibilidades económico-militar para dar semejante golpe institucional es Estados Unidos, pero visto que no lo ha hecho con el gobierno de Maduro y su petróleo, tampoco es factible que lo hagan en Cuba.
La suerte entonces, esta en sus propias manos. Una población sumisa, en contra de un ejército represor. Para lograrlo, habrá sin dudas, mucho derramamiento de sangre. Demás está decir que un gobierno dictatorial, que no permite la salida de sus ciudadanos, que no tiene elecciones presidenciales y que no permite la libertad de expresión debe acabarse, y pronto.
Alejandro Itkin es analista político internacional. Conductor de radio y columnista de temas de política internacional y economía global en medios de Argentina y el mundo.
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