El índice Nikkei de la Bolsa de Tokio acumula una suba de casi 17% en lo que va del año, un 29% desde que inició un nuevo rally en noviembre pasado, un 41% en el último año y multiplicó casi por cinco su avance en la última década. En la actualidad se ubica por encima de los 39.200 puntos.
Inversiones: por qué Warren Buffett y BlackRock siguen apostando a la bolsa de Tokio
Las apuestas al rally de las acciones japonesas se mantiene vigente y así lo manifiestan los principales jugadores del mercado mundial. ¿Por qué?
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Varios factores explican, según los analistas e inversores, semejante performance, como ser la reapertura de Japón tras la pandemia, la política monetaria acomodaticia, las elevadas primas de riesgo de la renta variable y la mejora de las reformas de la gobernanza empresarial.
Pero resulta más interesante observar que los grandes jugadores del mercado mundial siguen apostando a las acciones niponas, como por ejemplo el emblemático fundador del fondo Berkshire Hathaway, Warren Buffett, que recientemente enumeró una serie de acciones de las que no planea deshacerse jamás entre las que figuran varias japonesas como Mitsubishi, Mitsui y Sumitomo, hasta el mayor fondo de inversiones del mundo, BlackRock.
El fondo liderado por Larry Fink considera que el repunte de las acciones japonesas aún tiene más margen, a diferencia de algunas experiencias pasadas, porque tanto las perspectivas macroeconómicas como las empresariales impulsarán la siguiente fase alcista.
Explican desde BlackRock: el crecimiento de las ganancias corporativas que esperaban desde 2023 se está materializando, y a pesar que ven que los mercados no valoran plenamente señales positivas como las reformas corporativas, creen que el Banco de Japón reducirá cautelosamente su política monetaria ultra-laxa para evitar perturbar la salida de décadas sin inflación, por lo que siguen sobre-ponderados en las acciones japonesas.
Vale recordar que el índice Nikkei cotiza en máximos históricos desde 1989 cuando las acciones se dispararon hasta que estalló la burbuja inmobiliaria. "Esos acontecimientos llevaron a décadas de inflación baja o nula y de crecimiento prácticamente plano", señalan.
Qué impulsa el rally japonés en la Bolsa
A la hora de explicar qué está impulsando el rally japonés, los estrategas de BlackRock destacan la debilidad del yen que ayudó a estimular el valor de las ganancias corporativas obtenidas en el extranjero, que esperan se mantenga. Al respecto, la estabilidad del dólar no está afectando tanto los rendimientos de las acciones japonesas en esa moneda, y el exceso de rendimiento que reciben los inversores por el riesgo de mantener acciones japonesas en lugar de bonos parece atractivo. Claro que las empresas no solo se benefician de un yen débil, ya que una inflación más alta está permitiendo a las compañías aumentar los precios y proteger los márgenes, mientras que el crecimiento de los salarios ayuda a seguir impulsando el gasto de los consumidores.
El otro factor, es la política monetaria del Banco de Japón (BoJ). En tal sentido, sostienen que marzo será crucial para los mercados japoneses, ya que las negociaciones salariales sindicales anuales tendrán lugar al mismo tiempo que la próxima reunión de política monetaria del BoJ. Se espera que las negociaciones ayuden a señalar si la inflación se ha afianzado. Apuestan a que el BoJ finalice su política de tasas de interés negativas en los próximos meses, aunque necesitará más pruebas de una inflación sostenida antes de seguir subiendo las tasas.
Por su parte, los expertos de la gestora global de fondos WisdomTree consideran que en los últimos 12 meses, Japón se ha beneficiado de la afluencia de inversores mundiales que están diversificando sus inversiones en Asia, de la mano de las tensiones geopolíticas y la desaceleración del crecimiento que han provocado una rotación de China a Japón.
También detallan tres catalizadores más específicos que explican el repunte bursátil nipón: el aumento de las inversiones y de los salarios; la renovación de la Cuenta de Ahorro Individual Nippon (NISA) y las iniciativas de reforma en curso.
En primer lugar, el fin de la deflación es un catalizador exclusivo de Japón, donde ahora las empresas niponas tienen más dinero disponible y hay falta de trabajadores, lo que motiva a invertir en automatización a largo plazo. Japón está experimentando problemas demográficos, con una escasez de mano de obra que es la peor en los últimos 30 años. Para contrarrestar esto, las empresas necesitan mejorar su productividad invirtiendo en tecnología. Pero también la demografía impulsa la inflación salarial que vieron en las últimas paritarias de 2023 una suba salarial de un 3,6%, el nivel más alto en 30 años, y 2024 podría registrar una nueva suba.
Las reformas que impulsa el Gobierno y la política monetaria del Banco de Japón
Por otro lado, el primer ministro, Fumio Kishida, intenta desbloquear una riqueza familiar de cerca de 14 billones de dólares inmovilizados en depósitos en efectivo. Para ello el gobierno está llevando a cabo reformas, como la introducción de los planes 401(k) en EE.UU. en los ’70, a través de un programa de Cuenta de Ahorro Individual Nippon (NISA) que ofrece ventajas fiscales entre otros beneficios.
A esto se suman las iniciativas de reforma empresarial en curso en Japón que ya impactaron en la retribución a los accionistas y que mejoran los resultados empresariales lo que potencia las valoraciones y crea un círculo virtuoso.
En cuanto a la política monetaria japonesa, WisdomTree cree probable que se mantenga hasta el segundo trimestre y luego el BoJ abandone las tasas de interés negativas en el segundo trimestre, teniendo en cuenta las negociaciones salariales. Así el yen podría apreciarse en el segundo semestre de 2024, al reducirse los diferenciales de tasas de interés entre EE.UU. y Japón, lo que no sería tan bueno para las ganancias empresariales. Sin embargo, opinan que la fortaleza del yen puede no ser un obstáculo para la renta variable japonesa, ya que el mercado apuesta por una mayor vitalidad de la economía con el aumento de los salarios y la mejora del gasto de capital.
BlackRock también pondera el impacto de las reformas de gobierno corporativo que presionan a las empresas a mejorar su rentabilidad y devolver dinero a los accionistas. En este sentido, explican que las reformas para mejorar el retorno del capital de las empresas cotizantes lo han elevado al 9% y que si bien aún es la mitad de la métrica estadounidense creen que las reformas pueden ayudar a reducir la brecha. En esta línea también opera el plan de inversión en acciones libres de impuestos con el objetivo de estimular los flujos de inversores nacionales hacia las acciones japonesas como herramienta frente a la inflación.
Por todo esto BlackRock continúa sobre-ponderado en acciones japonesas y creen que pueden superar sus máximos históricos.
Buffett apuesta por grandes empresas japonesas
En este contexto, días atrás, Warren Buffett, declaró a sus inversores que planea mantener indefinidamente varias compañías cotizadas, además de Coca-Cola y American Express, y mencionó a las grandes empresas japonesas Itochu, Marubeni, Mitsubishi, Mitsui y Sumitomo, detrás de la petrolera estadounidense Occidental Petroleum.
Buffett explicó que una de sus apuestas es su participación pasiva y a largo plazo en cinco empresas japonesas muy grandes, cada una de las cuales opera de una manera altamente diversificada, algo similar a la forma en que se administra Berkshire.
Para el llamado Oráculo de Omaha, estas cinco empresas siguen políticas favorables a los accionistas que son muy superiores a las que se practican habitualmente en los EE.UU. “Desde que comenzamos nuestras compras japonesas, cada una de las cinco ha reducido el número de sus acciones en circulación a precios atractivos", explicó.
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