3 de septiembre 2025 - 21:55

Modelando la elección de septiembre y octubre: el que gana, pierde

El resultado de la elección del domingo resulta difícil de modelar por la falta de antecedentes, aunque está claro que el triunfalismo de LLA que veíamos hasta hace unas semanas brilla ahora por su ausencia. Para octubre la cosa es más fácil. No es que los modelos, como los que presentamos aquí sean más certeros que otros mecanismos predictivos, es simplemente que son más transparentes y objetivos.

El reclamo no es solo en la Argentina. Si las proyecciones de los modelos se cumplen, nadie seria el gran ganador en la elección nacional de octubre y en la provincial de este domingo, siendo escogido por el 37% de los votantes, frente a tan solo el 25% (40% del 63%) que podría acaparar la primer minoría

El reclamo no es solo en la Argentina. Si las proyecciones de los modelos se cumplen, nadie seria el gran ganador en la elección nacional de octubre y en la provincial de este domingo, siendo escogido por el 37% de los votantes, frente a tan solo el 25% (40% del 63%) que podría acaparar la primer minoría

Que para el común de la gente las encuestadoras argentinas son un desastre… son un desastre. Unos días atrás comentamos cuáles son las que, por sus antecedentes, son las que podríamos llamar oficialistas y cuáles opositoras.

Por caso, a una semana de la elección en la provincia de Buenos Aires tenemos a los de Opinania colocando al Kirchnerismo/Fuerza Patria dos puntos arriba de La Libertad Avanza, lo que es lo mismo que decir que cualquiera de los dos puede ganar.

En un extremo los de Isasi Burdman hablan de que los libertarios ganarían por 11 puntos (19 en la nacional de octubre sumando los del PRO; claro que se cubren afirmando que hay un 23%/15% de indecisos). Los de Rubicon Intel no son tan desembozados, y le dan 8 puntos más a LLA (con los indecisos en el 18%).

En la otra punta, Analogías le dio 4,6 puntos de ventaja a los kirchneristas y más recientemente, Tendencias, 2,9%.

Un caso interesante es el de Atlas Intel/Bloomberg, que en 2023 supo prever que Sergio Massa ganaría la primera vuelta, pero Milei se llevaría el balotaje, ahora ve a los peronistas 4 puntos arriba.

No hace falta decir que el sesgo de quienes ven triunfador a Javier Milei y los suyos es mucho más elevado de los que ven a Axel Kicillof y Cristina Kirchner.

Después de la derrota en el Congreso con el tema de las discapacidades, el golpe que significó la ratificación del veto al incremento a los jubilados y el escándalo de las coimas en que se menciona a la hermana del Presidente -ahora convenientemente blindada- y su entorno, el triunfalismo con que arrancó la campaña en la provincia de Buenos Aires ya no es tal.

no se a donde va a parar la campaña copy

Como suele ocurrirles a los presidentes cada vez que las “papas locales queman”, este miércoles Milei viaja los EEUU (undécimo viaje “al norte”), separándose de la campaña electoral -y dejando el país a cargo de su archienemiga Victoria Villarruel- para reunirse con el expresidiario Mike Milken y así lavar su alicaída imagen. Lamentablemente la ansiada reunión en la Casa Blanca con Donald Trump se frustró una vez más, y debió privarse del viajecito a Las Vegas a ver a su ex Fátima Florez.

Mientras tanto, en el Gobierno comenzaron -a fin de la semana pasada- a preparar el terreno, deslizando que saldrían segundos -perder, jamás- por entre cinco y ocho puntos, convencidos que, como la diferencia efectiva sería menor, podrán cantar “victoria” y achacar el no haber salido primeros al “fraude de los Kukas”.

Al mismo tiempo, la estrategia incluye que los comunicadores amigos deslicen disparates como que los K esperan ganar por veinte puntos -lo más que hablan “soto voce” desde el ala peronismo es una victoria de 7 puntos, si solo vota el 50% de los electores-, para sembrar la idea de que cualquier cosa debajo de eso implica una derrota.

La apuesta del mercado

Una de sucesos clásicos cuando nos acercamos a una elección es que, bajo la idea que “el mercado adelanta”, los “vendehumos” del mercado comienzan a hablar de un rally electoral, para justificar el “enchufe” de activos a sus clientes, sea porque el oficialismo va a ganar o porque va a perder.

Con el S&PMerval -al escribir estas líneas-retrocediendo 28% en dólares y 22% en pesos para lo que va del año, la tasa de riesgo empinándose 32% y el dólar retrocediendo en términos reales casi 10%, es claro que si el mercado “adelanta” algo, muy bueno no parece ser, así que esta vez la idea de hablar de un “rally” electoral estuvo fuera de la cuestión.

De todas formas, los mercachifles del mercado no se amilanan y vienen tratando de “enchufar” el argumento de un “trade electoral”, para luego de la elección.

El dia de la eleccion copy
Los escándalos y la falta de reacción del Gobierno Nacional, aunque no impulsa a votar por la oposición, desincentiva a que sus potenciales votantes lo apoyen este domingo, cuando se espera un día con nubes y fresco

Los escándalos y la falta de reacción del Gobierno Nacional, aunque no impulsa a votar por la oposición, desincentiva a que sus potenciales votantes lo apoyen este domingo, cuando se espera un día con nubes y fresco

El “establishment del mercado” ("el mercado" es otra cosa), siempre oficialista, como es de esperarse se prendió a lo que les “filtraron” los aduladores del poder, sosteniendo que la semana que viene podríamos tener un rally si la diferencia entre el primero y el segundo es menor a 5% (dicen cosas como que el Merval treparía hasta 15% si gana LLA y el dólar caería a $1.000) y una disparada del billete si apunta más hacia el 10%.

Con esto lo que se busca es evitar un fenómeno como el de las PASO 2019, cuando las encuestas hablaban y “los muchachos apostaban” a un “empate técnico” (hay quien lo veía a Macri arriba por 3%) y al lunes siguiente el Merval se derrumbaba 48% en dólares, el dólar volaba 37% y los bonos caían hasta el 35% luego de conocerse que Alberto Fernández le ganaba a Mauricio Macri por 15 puntos porcentuales (atención, que la participación alcanzó al 75% del padrón electoral).

Evitando un nuevo “crack”, aunque este domingo LLA no gane en la provincia de Buenos Aires -en comicios que más de uno ve como una autentica PASO-, quedaría en posición de buscar “la revancha” en la legislativa nacional de octubre.

Quien esto escribe no tiene la más mínima idea de qué va a pasar, salvo que les salgan bien o mal las cosas, los muchachos redoblaran las apuestas para la mediotérmino nacional en octubre.

Jugando el juego al que juega el Presidente

Es claro que no podemos confiar en las encuestadoras, menos en los analistas políticos y todavía menos en el mercado y sus charlatanes, esto sin hablar de los comunicadores y periodistas (lamentablemente no se han abierto las -siempre más confiables- apuestas a ver quién gana este domingo o en octubre).

De siempre Javier Milei tuvo una tendencia a presentarse como un “profesor chiflado”, buscando con ello crearse un aura de “genio”. En los últimos tiempos, desde que aprendió a utilizar una tableta digitalizadora, esto se ha exacerbado, con la presentación de gráficos y fórmulas, que las más de las veces parecen los garabatos de un doctor miope.

Un tiempo atrás comentamos que, mientras el Gobierno se estaba jugando “a fondo”, para que la derrota de la inflación fuera su cara de triunfo en las elecciones de octubre, existían una serie de factores que parecían influir en el resultado de las elecciones de mediotérmino -entre nosotros como en el exterior- tanto o más significativos.

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La saturación política y mediática está anestesiando a los votantes.

La saturación política y mediática está anestesiando a los votantes.

Pasó casi desapercibido, pero en su clase magistral ante los empresarios agrupados en el CICyP, Milei, fiel arquero, volvió a correr una vez más el arco/su proyección de cuando estaría fulminada la inflación, extendiendo el plazo a 30 meses (originalmente hablaban de 18 meses). Por lo que es claro, que la idea de un IPC de 1% para octubre, se aleja un tanto

De todas formas y por las dudas, buscando blindarse de alguna manera para que la tortuga, perdón, el número inflación no se les escape, en lo que fue un sincericidio,Marco Lavagana, admitió que pateaba la actualización del IPC, que le sumaria unos puntitos al índice, para después de la elección de octubre o tal vez para principios de 2026 y así “no meter ruido”.

Provincia de Buenos Aires

En la segunda mitad de junio nos planteábamos qué era ganar la elección de octubre: ¿Ganar es entonces, conseguir -únicamente- más legisladores propios y ser la primer minoría? ¿Ganar es incrementar el poder en el Congreso a través de los propios y los legisladores afines, hasta ser la mayoría -que no sea un mero juego de “sillas musicales” entre los partidos y los “del palo”-?, ¿Es ganar conseguir que la sociedad -más gente que en 2023- adopte las ideas libertarias, en sus distintas variantes?... pero entonces, ¿perder es lo contrario a cualquiera de estas alternativas?

De todas formas, cuidado. No sabemos qué va a pasar, pero gane o pierda LLA la aspiración que alguna vez expresó Javier Milei de ponerle el ultimo clavo al cajón del kirchnerismo con Cristina adentro, es decir eliminar para siempre el kirchnerismo, parece improbable. Así que, en este sentido los K pueden no ganar, pero a menos que LLA “arrase”, esto no significa que perdieron (totalmente).

caida partricipacion en el voto
En las últimas tres legislativas puras de la Provincia de Buenos aires votó en promedio el 78% del electorado (3 puntos menos que en las últimas 3 presidenciales). La merma promedio en las elecciones provinciales habidas hasta ahora es de 20%. De proyectarse, esto sugiere que menos del 63% de los bonaerenses irán este domingo a las urnas.

En las últimas tres legislativas puras de la Provincia de Buenos aires votó en promedio el 78% del electorado (3 puntos menos que en las últimas 3 presidenciales). La merma promedio en las elecciones provinciales habidas hasta ahora es de 20%. De proyectarse, esto sugiere que menos del 63% de los bonaerenses irán este domingo a las urnas.

La primera gran incógnita que enfrentamos es cuánta gente irá a votar, lo que ante la falta de antecedentes resulta difícil de modelar, pero podría ser la clave para definir quién gana en octubre y este fin de semana.

Lo más que nos atrevemos a pensar es que hasta unas semanas atrás, cuando se sentían indubitables ganadores y concentraban el entusiasmo de las bases, la verdadera estrategia del Gobierno era desincentivar la asistencia en la elección, lo que golpeaba más a quienes no generaban tanto entusiasmo. La ventaja/lógica de esto lo vimos en la elección de la Ciudad de Buenos Aires, donde Manuel Adorni salió primero, con el menor apoyo popular en la historia electoral de CABA.

cambio escaños
Las elecciones de mediotérmino tienden a no favorecer al oficialismo, aunque salga primero.

Las elecciones de mediotérmino tienden a no favorecer al oficialismo, aunque salga primero.

Ahora, golpeados por los escándalos y errores propios, un creciente “Riesgo Javo”, el electorado se muestra más renuente a apoyarlos y la situación dio un giro de 180 grados, necesitando realmente motivar su base de votantes para asegurase la victoria.

El juego de Modelar

Siguiendo entonces la línea presidencial, es que “jugamos a modelar” el resultado de la elección de nacional.

Como vimos antes, el comportamiento del electorado no es el mismo ante una elección presidencial que ante una legislativa o de mediotérmino, cuando la tendencia de los oficialismos -en todo el mundo- es, aun saliendo primeros, a reducir el número de sus representantes (desde 1985, solo en 3 de 11 elecciones legislativas puras el gobierno incrementó su presencia en el Congreso, sumando un máximo de 14 diputados) y la del número de votantes a reducirse.

En los EEUU se ha identificado que el principal factor detrás del resultado de las elecciones legislativas es la aprobación presidencial seguido por la inflación (especialmente cuando es extrema), luego o a la par la tasa de desocupación, y más atrás el crecimiento económico, el nivel de las tasas, y a la cola el mercado accionario.

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El presidente Javier Milei es un amante de los garabatos y formulas arcanas -ahora trastocados en presentaciones vía una tableta digital- para darle verosimilitud a sus hipótesis y discursos

El presidente Javier Milei es un amante de los garabatos y formulas arcanas -ahora trastocados en presentaciones vía una tableta digital- para darle verosimilitud a sus hipótesis y discursos

Con estos antecedentes comenzamos a buscar los principales factores que podrían estar influenciando el resultado de las elecciones legislativas en la Argentina desde 1985 (solo tenemos valores para todos estos elementos desde 2005): Inflación (INDEC), Riesgo País (EMBI como proxi de la tasa real), Desocupación (INDEC), inflación corriente (IPC INDEC), Confianza del Consumidor y en el Gobierno (UTdT, como proxi de la confianza), EMAE (como proxi de la actividad), Merval (en u$d libres), Dólar real (libre deflactado por IPC) y una Variable Dummy (para absorber cualquier otro efecto).

Los factores
Ninguno de los principales factores macroeconómicos o sociales es determinante del resultado de una elección, ni siquiera la inflación que fue adoptada como carta del triunfo por el gobierno

Ninguno de los principales factores macroeconómicos o sociales es determinante del resultado de una elección, ni siquiera la inflación que fue adoptada como carta del triunfo por el gobierno

A primera vista -no hay significancia estadística-, el orden de relevancia -por su vinculación con el resultado para el oficialismo- parecería ser: la Confianza en el Gobierno, el Riesgo País, el Nivel de las Acciones, el Valor del Dólar, la Confianza de los Consumidores, la Inflación, la Desocupación y a la cola la Actividad Económica.

Los modelos

Primero una observación: tenemos solo 11 puntos de datos con 9 parámetros, lo que es insuficiente para cualquier cosa estadísticamente válida. Como advertí más arriba solo estoy jugando como juega el Presidente con sus garabatos (si quiere pensar que de manera algo más seria, es bienvenido).

El modelo de proyección más sencillo para este caso es el lineal. Si bien tomando la información más actual, este nos habla que el oficialismo lograría en la legislativa de octubre un apoyo del 39,6% -lo que no pareciera ser un disparate- esto es solo el punto medio para un intervalo de confianza (al 95%) que va del 27,5% al 51,6%. Es decir, este modelo, así, no nos sirve para nada.

Modelo lineal largo
Modelo lineal para la predicción de los resultados del oficialismo en las elecciones legislativas. Es relativamente fácil elaborar un modelo de predicción… lo difícil es que se atenga a la realidad y que se presente con honestidad.

Modelo lineal para la predicción de los resultados del oficialismo en las elecciones legislativas. Es relativamente fácil elaborar un modelo de predicción… lo difícil es que se atenga a la realidad y que se presente con honestidad.

Podríamos intentar ajustarlo, quedándonos solo con los dos factores más relevantes dentro del modelo (la desocupación y la inflación), pero nuevamente el margen de error resulta excesivo (el intervalo va de 35.7 a 50.2, con un punto medio de 43%.

Para acotar la estimación del error a algo más razonable, tomamos nuestro modelo original (que comprende todos los factores) como predictor de base y le aplicamos un SVM (Soporte de un Vector de Maquina) con un kernel RBF (Función Radial de Base) como mecanismo de corrección. Esto nos da 40.81% con un error de +/-3.98% al 95%, es decir que seria razonable esperar que LLA obtengan cualquier cosa entre el 36.8% y 44.8% del voto total.

Funcion Kernel
Función de ajuste al modelo lineal que empleamos. Garabatos puede presentar cualquiera, que signifiquen algo, y no sean un instrumento para escudar la deshonestidad intelectual, es otra cosa

Función de ajuste al modelo lineal que empleamos. Garabatos puede presentar cualquiera, que signifiquen algo, y no sean un instrumento para escudar la deshonestidad intelectual, es otra cosa

Como mecanismo de control aplicamos un modelo XGBoost (100 árboles decisorios con cada uno 15 nodos en promedio) que suele obtener mejores resultados con este tipo de datos económicos, por su capacidad de manejar relaciones no lineales. La estimación es de una media de 38.7% que al 95% de confianza oscila entre 34.8% a 42.6%.

Ganan pero pierden

En castellano: en función de los principales parámetros económicos al día de hoy, y si la historia sirve de antecedente con algún grado de certidumbre podemos pensar que el Gobierno lograría obtener el apoyo de entre el 37% y el 45% de la población -la media es de 41% en la elección de octubre.

Esto se compara -en realidad no porque el modelado es muchísimo más barato-con las principales encuestas, que en el mes de agosto que le dan una media de poco menos del 40 al oficialismo, acotada entre el 32% y el 46%.

esqueleto votando copy
Normalmente, quien viene “corriéndola de atrás” es el que tiene el mayor incentivo para impulsar a que la gente vaya a votar.

Normalmente, quien viene “corriéndola de atrás” es el que tiene el mayor incentivo para impulsar a que la gente vaya a votar.

No es para “pisar brotes” pero aun sumando el 5% que le adjudican las encuestadoras al PRO, esto está bastante lejos del 55,65% que logró Milei en la segunda vuelta de la presidencial de 2023, del 53,8% que sumó junto a los amarillos en la primera, y ni que decir del 57,9% resultado de agregar LLA,+ Patricia Bullrich + Horacio Rodríguez Larreta en las PASO (LLA+Patricia llegaba al 46.67%).

Es decir, el Gobierno sale primero, si se quiere gana, pero a hoy según el modelado y las encuestas retrocede (pierde) en el apoyo popular respecto a lo de dos años atrás, lo que podría significarle una mayor oposición (sea por número o intensidad) en el Congreso. Si será así o no, la respuesta, como siempre, la dará el paso del tiempo.

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